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My Fair Lady. El efecto Pigmalión

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En el mundo del cine se han hecho muchas referencias a dinámicas psicológicas, personajes de la historia de la psicología y efectos en las competencias interrelaciones puesto que la psicología al final está en cada uno de nuestros actos. Uno de los fenómenos que ha aparecido en varias ocasiones en películas ha sido el efecto Pigmalión.

¿Qúe es el efecto Pigmalión?

El origen del concepto Pigmalión está en la mitología, Pigmalión fue un escultor que se acabó enamorando de una de sus obras y cuando apareció ante él Afrodita y vio el deseo y la motivación del artista acabo convirtiendo en carne y hueso a la figura, que era lo que él quería. A partir de aquí podríamos decir que el efecto Pigmalión se basa en la profecía autocumplida, un proceso por el que nuestros comportamientos o el de los demás pueden verse alterados por las expectativas de cambio del otro o de las nuestras hacía los demás. Nuestras creencias repetidas sobre como “debería” ser el otro acaban influenciando de tal forma que el otro poco a poco se va transformando.

Efecto Pigmalión en el cine

En el mundo del cine, la película británica con el mismo nombre “Pigmalión” apareció en 1938, un drama con un buen reparto Leslie Howard, Wendy Hiller, Marie Lohr entre otros y un guion escrito nada menos que por Bernard Shaw que se basó en su obra de teatro.

El argumento se basa en que un profesor de fonética que transcribe la dicción de las personas alrededor, acaba entrando en contacto con una chica que vende flores en una situación pública donde lo deja algo en evidencia. A partir de ahí otro hombre que conoce a ambos hace una apuesta con el profesor debatiendo si sería capaz este de convertir a la chica en una dama sin serlo.

Este formato clásico, y donde es cierto que el rol de la mujer se mantiene entre tópicos de la época y un nivel de participación social diferente al actual, se vuelve a repetir años más tarde en una película que quizá ha tenido más éxito y ha envejecido mejor, gracias a la participación de Audrey Hepburn.

My Fair Lady

Teniendo la misma base de historia la película “My Fair Lady“, se hace más amena por la música, las actuaciones, la parte de comedia romántica ya puliendo el género en Hollywood ,y realizando un musical donde el trio protagonista entre los decorados del Covent Garden en Londres, se muestra de forma vitalista y más entusiasta que en la primera.

Es uno de los clásicos que genera diferentes opiniones puesto que hay gente que la adora y otros que la detestan. Además presenta una duración de casi tres horas, así que si estás dispuesto a apostar por ella este viernes de película deja un tiempo suficiente para no empezarla y dejarla a medias.

No dejes de disfrutar de la clasificación de canciones, alguna de las más recordadas del cine, mientras analizas el efecto Pigmalión.

¿Crees que ahora podría seguir realizándose de esta forma un efecto así en alguien seleccionado?. Como siempre esperamos tu opinión y te deseamos un feliz viernes.

Silvia Santana

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