Cirugía plástica

Rinoplastia: áreas a tratar, anestesia e intervención

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La nariz es uno de los elementos más importantes de la cara, ocupa una posición central y es extremadamente visible. Debe mantener una proporción adecuada con el resto de los elementos de la cara para conseguir una buena simetría y un correcto equilibrio facial. La cirugía de la nariz puede tener gran impacto en la apariencia del paciente, ya que puede cambiar totalmente su expresión facial.

La rinoplastia es una de las intervenciones más complejas en el ámbito de la cirugía plástica, estética y reparadora. El cirujano tiene que realizar cambios en distintos tipos de estructuras al mismo tiempo: debe modificar el cartílago, que es la parte blanda de la nariz, remodelar la estructura ósea nasal -formada por el hueso nasal y el proceso frontal ascendente del maxilar- además de moldear la piel nasal, que puede presentar distintos tipos de grosor, textura…

La rinoplastia puede realizarse con fines estéticos: corregir una nariz desviada o torcida, una nariz muy pequeña o una nariz demasiado grande en relación con el contorno facial, una caída excesiva sobre el labio superior, disminuir o aumentar el dorso nasal, cambiar la forma de la punta, la anchura de las alas… pero también se puede reconstruir la estructura de la nariz para tratar de resolver problemas respiratorios, defectos de nacimiento y lesiones nasales.

Dentro del campo de la cirugía de la nariz se pueden distinguir distintas intervenciones en función de las técnicas empleadas y de la zona tratada. La septo-rinoplastia es una técnica que se emplea para corregir desviaciones de la nariz y algunos problemas respiratorios; se interviene también sobre el tabique interno de la nariz. En cambio, la cirugía de la punta nasal, como su nombre indica, es un tipo de cirugía destinada a mejorar el aspecto de esta zona de la nariz.

Anestesia en operaciones de rinoplastia

La rinoplastia puede realizarse bajo anestesia general cuando hay que corregir partes funcionales de la nariz como el tabique o el cornete nasal, en cambio, si la intervención tiene un fin estético, la operación puede realizarse bajo anestesia local acompañada de una sedación profunda.

La anestesia local permite infiltrar localmente la zona operatoria mientras el paciente está sedado de manera profunda. El paciente no es consciente de que está siendo intervenido, no siente dolor; los fármacos ayudan a evitar las sensaciones desagradables. Una vez que se ha infiltrado la zona, se pueden disminuir los analgésicos y el nivel de sedación.

La intervención puede durar de una a dos horas, y no suele precisar de un ingreso hospitalario prolongado, como mucho unas horas o una noche. El cirujano puede realizar las incisiones por dentro de la nariz, a lo que se conoce como rinoplastia cerrada, o tratar de disimularlas en zonas poco visibles, cuando se trata de una rinoplastia abierta. Si es necesario también se tratará el tabique nasal interno.

¿Cómo es la recuperación tras la Rinoplastia?

Una vez finalizada la intervención se coloca una protección moldeable en la nariz durante una semana para evitar cualquier tipo de golpe. Las suturas cutáneas, si las hubiera, también se retirarán a los 7 días.

El paciente deberá usar, en la mayoría de los casos, tapones nasales durante 24-48 horas para controlar la mucosa y el posible sangrado. Deberá dormir con la cabeza elevada. La hinchazón temporal, la sensación de tirantez y la decoloración de color negro y azul de los párpados puede prolongarse durante dos o tres semanas. La hinchazón de la nariz suele tardar más en resolverse.

La respiración del paciente suele normalizarse al mes de la intervención. Es habitual que el paciente sienta su nariz más dura de lo habitual durante los 6-8 primeros meses. El resultado final, que es permanente, puede apreciarse a los 10 meses de la intervención.

Dr. Terrén en Masquemedicos

Dr. Julio Terrén

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