La palabra glaucoma se refiere a un conjunto de enfermedades oculares que afectan de forma irreversible al nervio óptico, produciendo una pérdida progresiva de campo visual. La presión intraocular elevada es el principal y único factor de riesgo conocido de esta enfermedad. Es conocida como la “ceguera silenciosa” ya que no causa dolor ni manifiesta síntomas, hasta que su evolución es muy avanzada.
El glaucoma es una de las causas más comunes de ceguera prevenible en las personas adultas. Mediante una detección precoz, la pérdida de visión que produce puede ser frenada de manera eficaz.
¿Cuáles son los síntomas del glaucoma?
El tipo de glaucoma más frecuente no duele y no presenta síntomas, hasta que aparece la pérdida de campo visual en las etapas avanzadas de esta enfermedad.
Existe otro tipo, mucho menos frecuente, conocido con el nombre de glaucoma de ángulo cerrado, que puede producir síntomas como ojo rojo, disminución de la visión, náuseas y vómitos
¿Cómo afecta el aumento de la presión en el ojo?
En un ojo sano, un fluido claro denominado humor acuoso circula dentro de la porción anterior del ojo. Para mantener una presión intraocular adecuada y constante, el ojo produce de forma continua una cantidad pequeña de humor acuoso, mientras que una cantidad similar es eliminada. Los pacientes con glaucoma no pueden eliminar este humor acuoso de forma adecuada. La presión de fluido se incrementa y, con el paso del tiempo, causa daño en las fibras del nervio óptico.
¿Qué sucede cuando el paciente presenta antecedentes familiares de glaucoma?
Cuando el paciente tiene antecedentes familiares de glaucoma, debe realizarse una revisión ocular antes de los 35-40 años, con la finalidad de detectar el riesgo que tiene de desarrollar esta enfermedad.
Así mismo después de los 40 años debe revisarse la vista periódicamente.
¿Cuales son las pruebas para detectar el glaucoma?
En las unidades específicas para diagnosticar y tratar el glaucoma, se realizan una serie de pruebas especiales:
- Paquimetría: mediante ultrasonido se mide el grosor corneal.
- Gonioscopia: se utiliza una lente especial para visualizar el ángulo entre el iris y la córnea. Esta es la zona por la que debe ser drenado el humor acuoso del ojo. Es importante visualizar esa zona para determinar la causa del obstáculo que impide drenaje.
- Campo visual: mientras el paciente mira a una diana central, aparecerán unos puntos de luz. En este prueba es posible explorar la visión periférica.
- OCT (Tomografía de coherencia óptica) y/o GDX: se trata de dos pruebas no invasivas, mediante las que es posible analizar el grosor de la capa de fibras nerviosas de la retina y su evolución en el tiempo.
- Tonometría: se mide la presión en el interior del ojo. Se utilizan gotas oftálmicas como anestesia, y seguidamente, con el tonómetro se mide la presión intraocular. Mediante un instrumento diminuto se aplica una pequeña cantidad de presión en el ojo o una ráfaga cálida de aire. La presión normal está entre 12 y 22 mm Hg, en la mayor parte de los casos de glaucoma esta supera los 20 mm Hg.
¿Cuáles son los tratamientos para glaucoma?
Después de diagnosticar esta enfermedad, el oftalmólogo indicará al paciente el tratamiento más adecuado. Es importante establecer una presión objetivo con la que no se pierdan más fibras de nervio óptico y no se deteriore el campo visual.
El tratamiento suele comenzar con el uso de gotas, que son suficientes en muchos casos, permitiendo una estabilidad de la enfermedad durante muchos años.
Si no es posible controlar la progresión del glaucoma con las gotas o el paciente no tolera la medicación por efectos secundarios, existen tratamientos con aplicación de láser y tratamientos quirúrgicos.
¿El glaucoma puede operarse?
El glaucoma puede ser intervenido quirúrgicamente. Esta operación tiene como objetivo intentar evitar la progresión del glaucoma reduciendo la presión intraocular, para poder controlarla sin necesidad de medicación o con una medicación mínima.
La cirugía no consigue que el paciente recupere la visión perdida a causa del glaucoma. Si el paciente sufre además de catarata, es posible realizar dos cirugías en el mismo procedimiento, y podrá recuperar la visión perdida a causa de esta.
Gracias a técnicas mínimamente invasivas del glaucoma, como la esclerectomía profunda no perforante con implante intraescleral y esclerectomía profunda con implante de válvula express, se consigue reducir el número de complicaciones en la intervención y se obtienen recuperaciones postoperatorias más rápidas.
Vissum Corporación Oftalmológica