La abdominoplastia, a la que conocemos técnicamente como dermolipectomía abdominal, es una cirugía del contorno corporal cuyo objetivo es eliminar el excedente cutáneo y de grasa de la zona abdominal, además de solucionar la flacidez, las estrías y la relajación de los músculos del abdomen.
Con la cirugía del abdomen se estiliza y remodela la región abdominal, consiguiendo un abdomen más firme y más plano, una cintura más estrecha y una figura mucho más bonita.
¿A qué se debe el acúmulo de grasa y la laxitud de la piel en la zona abdominal?
Los acúmulos de grasa en la zona abdominal afectan tanto a hombres como a mujeres.
Es habitual que con el paso de los años se acumule grasa localizada en el área del abdomen ya que el cuerpo no “quema” con tanta facilidad esa grasa.
Estos depósitos grasos son muy rebeldes y no desaparecen ni siguiendo una dieta estricta, ni practicando deporte continuado, ni con tratamientos estéticos poco invasivos.
Por su parte, la laxitud de la piel puede originarse por motivos diversos: cambios bruscos de peso (especialmente tras importantes pérdidas de peso), enfermedades y consumo de determinados medicamentos, embarazos…
¿En qué consiste la abdominoplastia?
Se trata de una intervención que se realiza bajo anestesia general y que, en función de la cantidad de grasa y de piel a retirar, puede prolongarse de 2 a 4 horas. Se debe remarcar que el paciente estará dormido durante todo el procedimiento.
Para llevarla a cabo es necesario realizar una incisión en la zona inferior del abdomen.
La cicatriz resultante quedará totalmente oculta por cualquier tipo de ropa interior o de baño. A través de esta incisión se retira el exceso de piel y grasa y se accede a la musculatura del abdomen, que se vuelve a tensar mediante su sutura en la línea media.
En casos extremos en los que el paciente presenta una enorme cantidad de grasa a retirar, fruto de pérdidas de peso muy acentuadas como consecuencia de tratamientos como el bypass gástrico o la cirugía reductora del estómago, habrá que realizar una incisión en forma de ancla, es decir, además de la incisión en la zona inferior del abdomen, también se realizará una incisión vertical para extirpar la piel de la parte alta del abdomen.
En muchas ocasiones se combina la abdominoplastia con una lipoescultura en el área del tronco (flancos y espalda), ya que para conseguir una silueta bonita no podemos eliminar la grasa del abdomen y dejar otras zonas completamente llenas de grasa.
Hay que tener en cuenta que la abdominoplastia y la liposucción son dos intervenciones distintas; la liposucción elimina la grasa, pero no hace desaparecer la piel flácida ni tensa los músculos.
Al levantar la piel y acceder a la musculatura podemos solucionar problemas como son las hernias umbilicales (ombligo con aspecto poco estético y sobresalido), muy propias tras los embarazos.
¿Cómo es la recuperación?
Tras la intervención es necesario llevar una faja abdominal durante 20 días para fijar los resultados.
La mayoría de los pacientes pueden volver al trabajo a los diez días, cuando la hinchazón y los moretones han desaparecido. Se aconseja a los pacientes que eviten la actividad extenuante durante un mes.
Los resultados son permanentes siempre y cuando el paciente lleve una vida ordenada, evitando los excesos y manteniéndose mínimamente en forma. No hace falta machacarse en el gimnasio ni llevar una dieta súper estricta, basta con cuidarse.
¿Se puede realizar a la vez que se da a luz?
No es lo adecuado, independientemente de si se da a luz mediante un parto natural o una cesárea. Ello se debe a que el vientre materno aún padecerá grandes cambios en los meses siguientes al parto.
Hay que ser pacientes; para realizarse una abdominoplastia es conveniente esperar al menos 3 meses tras el parto.
Dr. Moltó, especialista en abdominoplastias
Dr. Moltó en Masquemedicos