La alimentación es el principal factor externo que favorece el correcto crecimiento y desarrollo de los seres humanos. Por esta razón es importante dar a los más pequeños una dieta equilibrada que contenga alimentos variados que aportan todos los nutrientes que necesita para el funcionamiento óptimo del organismo.
Con los años la relación entre la alimentación y salud se ha consolidado, para llevar a una inequívoca confirmación de que los hábitos alimentarios saludables son capaces de prevenir enfermedades y mejorar la situación clínica de patologías como diabetes, cáncer, obesidad, cardiopatía isquémica, etc.
Estas enfermedades suelen aparecer en la edad adulta, pero se desarrollan mucho antes. Por esta razón, se recomienda educar a los niños en los hábitos saludables, para que estos se consoliden durante su adolescencia y se mantenga cuando lleguen a la edad adulta.
Alimentación y salud ¿cómo se relacionan?
Una alimentación saludable se define como aquella que cubre completamente las necesidades nutricionales del niño con el objetivo de asegurar su correcto desarrollo y crecimiento. Debe ser equilibrada y adecuarse a los requerimiento de cada etapa.
Para los niños, la etapa de la primera infancia es determinante para aprender hábitos saludables, es el momento de sus vidas en el que se implantan las pautas adecuadas de alimentación, que serán determinantes a lo largo de sus vidas.
En el caso de llevar dietas especializadas, existen objetivos esenciales que contribuyen a una mejor adhesión de la dieta y a un buen control del metabolismo:
- Enseñar y potenciar alimentos imprescindibles para el crecimiento y desarrollo del niño.
- Apreciar las diferencias alimentarias.
- Aprender el manejo de la dieta especial.
Los progenitores son los responsables de adecuar la alimentación de la familia para que los niños aprende a disfrutar de los alimentos, brindándoles variedad, diferentes preparaciones, etc. Que contribuyen a que los pequeños acepten la dieta especial.
Consejos para una alimentación sana de niños y adolescentes
Es necesario enseñar hábitos alimentarios saludables a los niños practicando con el ejemplo, ya que en estas edades las costumbres de la familia son imitadas por los pequeños.
Realizar 5 – 6 comidas diarias.
Es importante tomar desayuno cada día. Es la primera comida del día y nos prepara para ponernos en marcha. Ser recomienda que los niños hagan un primer desayuno en casa y otro en la escuela.
Consumir frutas y verduras frescas, ya sea como plato principal, guarnición o postre. La recomendación es tomar 5 piezas de fruta y verdura al día.
Incluir en la dieta productos que aporten calcio, ya que es necesario para mantener los huesos fuertes. Los lácteos son una buena fuente de calcio, productos como la leche, queso y yogurt.
El pescado también debe formar parte de la alimentación. Es una fuente de vitaminas, minerales, proteínas y omega-3.
Consumir alimentos ricos en fibra como legumbres, frutas, verduras, hortalizas y productos integrales.
Limitar el consumo de bebidas gaseosas y zumos envasados. También limitar la bollería, patatas chips, comida rápida, etc. Esta comida tiene un valor nutricional bajo, y hay que reservarla para momentos especiales.
Cocinar con poca grasa, ya sea al vapor, hervido, al horno, a la plancha o a la parrilla.
Es importante lo que los niños comen día tras día, no en una comida o sólo en un día.
La Asociación Española de Pediatría recomienda que los niños menores de 2 años no vean televisión, y para los mayores de esta edad el tiempo de visionado no sea superior a las 2 horas diaria.
Es recomendable que los niños realicen actividades físicas y deportivas adecuadas a sus posibilidades y a su edad.
Si tienes dudas sobre la alimentación de tus niños, acude al pediatra, que te orientará para lograr una dieta adecuada.
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