La función sexual normal es una interacción compleja que implica la participación tanto de la mente, como del cuerpo. Los sistemas nervioso, circulatorio y endocrino (hormonal) interaccionan con la mente para producir una respuesta sexual. Una interacción delicada y equilibrada entre estos sistemas controla la respuesta sexual.
En muchos hombres esa respuesta sexual no es satisfactoria y agradable, puesto que el ámbito mental no se ajusta de manera equilibrada influenciando el área física. El sexo se vuelve entonces una preocupación intensa, en un ambiente de presión, de enfrentamiento con su propia autoestima y un área de desconocimiento. Todo ello hace que aparezca ansiedad sexual a parte de ir asociada en la mayoría de ocasiones a la presencia de una disfunción sexual.
Síntomas de la ansiedad sexual en los hombres
La ansiedad sexual antes de mantener relaciones presenta síntomas similares a la ansiedad inespecífica como las taquicardias, la sudoración, hormigueo, sensación de pánico, pensamientos irracionales o respiración acelerada entre otros.
Las disfunciones sexuales masculinas suelen relacionarse habitualmente con la pérdida de deseo sexual, la capacidad para mantener una erección bien al inicio de las relaciones en sí, o en el momento de la penetración, desajustes en la capacidad para eyacular o para alcanzar un orgasmo.
Recomendaciones terapéuticas ante la ansiedad sexual
En la parte terapéutica siempre recomendamos realizar al hombre un chequeo médico, que nos permita comprobar si existe alguna dificultad física que no se esté teniendo en cuenta, como una cardiopatía, o un problema hormonal entre otros que pueda influir en la situación.
A partir de ahí si la terapia se reduce al ámbito psicológico. Los terapeutas contamos, al igual que en la terapia sexual con mujeres, con una serie de intervenciones terapéuticas homologadas que ayudarán a superar las dificultades con un buen pronóstico en la mayoría de los casos.
Cuando existen experiencias de fracaso en las relaciones sexuales, el condicionamiento es muy rápido y enseguida el hombre puede empezar a sentir que esa mala experiencia puede repetirse, que la persona que tenemos delante puede rechazarnos, que esa situación puede derivarse de un problema más grave a nivel físico o, que a partir de ahora no podrá mantener relaciones de calidad lo que genera angustia y sensación de desconcierto.
Se aconseja siempre trabajar la comunicación en la pareja, si existe, el tener información veraz y ajustada, el autoconocimiento y la práctica de manera individual de ejercicios y lecturas que se recomiendan en las sesiones y la petición de ayuda profesional.