Astenia primaveral. Fatiga y cansancio en primavera

No hablamos de que tengas un trastorno, una enfermedad o que tengas que recurrir a un especialista por que haya finalizado una estación, pero sí puedes vivir una serie de síntomas fisiológicos que generen cierto malestar ante la entrada de un cambio estacional y es mucho mejor detectarlo para poder modificar alguna pauta o asumir la temporalidad de los mismos.

Nuestro cuerpo requiere un proceso de adaptación tras el invierno para poder integrar las condiciones de luz, temperatura, humedad de la nueva estación, más en estos días que han aparecido altas temperaturas en muchas comunidades autónomas prácticamente veraniegas.

Astenia primaveral ante al cambio de estación

Los mecanismos internos que normalizan nuestro sueño, se regulan mediante ciclos hormonales y neurotransmisores con ciertos marcadores asociados a la luz sobretodo.

Este proceso suele durar unos quince días, tres semanas y obviamente no puede justificar síntomas de alta intensidad, por lo que si aparecen síntomas súbitos es mejor consultar con un especialista directamente.

Este tipo de síntomas de cambio estacional hace referencia a cansancio, dificultades para conciliar el sueño, apatía, cuadros alérgicos, fatiga o falta de concentración. En un aspecto global puede entenderse como falta de vitalidad y es conocido como Astenia primaveral.

La prevalencia es más alta en mujeres debido a la activación de su sistema hormonal y la franja de edad está entre los 25 y los 55 años.

Pautas para mejorar la astenia primaveral

  • Pasear o realizar actividades al aire libre para permitir que el cuerpo se acostumbre a más luz a determinadas horas y vaya segregando mejor hormonas para regular ciclos.
  • Evitar bebidas estimulantes para fomentar la resistencia a lo largo del día.
  • Prevenir con antihistáminicos desde el principio de la sintomatología alérgica
  • Reorganizar horarios y dinámicas antes de intentar conciliar el sueño
  • No tomar suplementos alimenticios sin controlar por un profesional médico.
  • Intentar buscar 10 minutos al día para parar el cuerpo y realizar estiramientos o realizar actividad deportiva.
  • Intentar el fin de semana o los días de descanso que un día el cuerpo duerma lo que necesita.
  • Potenciar un desayuno abundante y saludable que active el inicio del día e intentar tomar frutas y productos ya de temporada.

Son pautas saludables que bien pueden acompañarnos el resto del año, pero que podemos intentar reforzar en este periodo temporal si notamos que nuestro cuerpo pide una ayuda extra.

Si el descanso no aparece, los síntomas de agravan o se prolongan en el tiempo no dude en pedir ayuda, el asesoramiento de un psicólogo es importante.

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Categorías: Psicología
Silvia Santana: