Hace unas semanas periódicos como El País se hacían eco de la información que le aportaba el ejecutivo autonómico en Madrid, respecto a la unidad especializada de atención psicológica a adolescentes, haciendo balance del primer semestre del 2017. Este servicio ha recibido 106 casos de menores víctimas de la violencia de género. Un aumento del 50% respecto al año pasado. Este servicio es atendido por profesionales cualificados que atienden a las menores y también realizan alguna sesión de asesoramiento y apoyo con los familiares. La mayoría de los casos están relacionados con la existencia de un maltrato psicológico en la pareja. Existen casos puntuales de agresiones sexuales y la aparición de agresiones físicas.
Atención psicológica a menores víctimas de violencia de género
En 2013 se creó el servicio con la campaña del programa No te cortes, que inicialmente no tenía tanta afluencia de usuarias pero teniendo en cuenta las cifras actuales considero que debemos de pararnos y analizar que sucede no solo valorar los números.
Es cierto que Internet y el móvil es una herramienta que permite que el maltratador ejerza mayor control sobre la víctima, se genera una espiral sutil a la hora de obtener información que acaba generando una gran violencia psicológica. Los jóvenes llegan a pedir fotos, envío de la ubicación, chequear las conversaciones, obligar a retirar una foto de perfil, controlar si la persona se encuentra en línea, no hablar con determinadas amistades con la consiguiente eliminación de contactos… diferentes actitudes que fomentan que la víctima se vaya aislando y pueda incluso normalizar esas conductas no pidiendo ayuda.
Pacto de Estado en materia de Violencia de Género
A finales de julio se firmaba el Pacto de Estado en materia de Violencia de Género con la aceptación así de 200 medidas para luchar durante los próximos cinco años con esta problemática social que en mayor o menor medida nos afecta a todos. Entre las medidas planteadas en el texto se encuentran las siguientes:
- La supresión de las atenuantes de confesión y de reparación del daño para casos de violencia de género, para evitar rebajas de pena por reconocer el asesino los hechos después de cometer un crimen.
- Combatir la violencia de género desde la escuela con asignaturas de tolerancia “0” ante todo tipo de violencia, y de transmitir los valores de igualdad, educación y respeto desde bien jóvenes.
- Adoptar la plasmación de la violencia por el uso de las redes sociales, creando tipos penales cuando se utilicen estos instrumentos para causar daño en las víctimas.
- La definición de violencia de género que se recoge en el texto se amplía. No se considerará solo la que es sólo aquella ejercida por la pareja o ex pareja, sino que se extiende el concepto a todos los tipos de violencia sobre la mujer que recoge el Convenio de Estambul. Así, entra en esta consideración, por ejemplo, la trata de mujeres con fines de explotación sexual y otras formas de violencia sexual.
- Introducir la enseñanza de la no violencia y la igualdad de géneros para acceder a los cuerpos del Estado y a profesiones sanitarias y de servicio público.
- La publicidad contra la violencia de género. Deben implementarse mensajes continuos de “no a la violencia de género y a cualquier tipo de violencia”, de ahí que sea preciso hacer campañas de sensibilización para los jóvenes, atender a las mujeres del ámbito rural”, sancionar a aquellos clubes que permitan la apología de la violencia de género en acontecimientos deportivos, o en incluir las farmacias y consultas médicas como plataformas informativas.
La finalidad de todo esto esperemos que sea por lo menos conseguir en poco tiempo que descienda el número de menores que se ven involucradas como víctimas en la violencia machista, que existan recursos y que se intervenga con aquellos menores que sufren esta problemática desde víctima como maltratador.