A medida que cumplimos años, es natural que nuestro cuerpo cambie. Sin embargo, hay cambios que solemos normalizar erróneamente, como la pérdida progresiva de visión. ¿Te cuesta conducir de noche por los deslumbramientos? ¿Sientes que miras a través de una ventana empañada? Si la respuesta es sí, es probable que tus ojos te estén enviando una señal clara: cataratas.
Y además queremos derribar un viejo mito: la idea de que hay que esperar a que la catarata esté “madura” para operarse. Te explicamos por qué adelantar esta decisión es la mejor inversión para tu calidad de vida.
¿Qué son exactamente las cataratas?
Para entender por qué ocurren, imagina que tu ojo es una cámara fotográfica. El objetivo de esa cámara es el cristalino, una lente natural que debe ser totalmente transparente para enfocar las imágenes en la retina.
Con el paso del tiempo, las proteínas del cristalino se degradan y se agrupan, nublando esa lente. Eso es una catarata. No es una enfermedad, sino parte del envejecimiento natural del ojo. De hecho, es la causa más común de pérdida de visión en personas mayores de 40 años.
El gran error: “Esperar a que madure”
Hace décadas, la cirugía era mucho más agresiva, por lo que los médicos recomendaban esperar hasta que la visión fuera casi nula (catarata “madura” o dura) para justificar los riesgos. Hoy, ese consejo está obsoleto.
Gracias a la tecnología actual, como la que empleamos en IOTT, la cirugía es mínimamente invasiva. Esperar demasiado no solo es innecesario, sino que puede ser contraproducente por tres razones clave:
- La cirugía se complica: una catarata antigua se endurece. Para romperla y aspirarla, se requiere más energía de ultrasonidos, lo que puede estresar más los tejidos del ojo y alargar levemente la recuperación.
- Pérdida de calidad de vida: durante el tiempo de espera, te privas de disfrutar de tus hobbies, de la lectura o de la seguridad al conducir.
- Riesgo de caídas: en personas mayores, la falta de visión clara y de percepción de profundidad aumenta drásticamente el riesgo de accidentes domésticos.
La intervención: rápida, indolora y definitiva
La operación de cataratas es una de las intervenciones más frecuentes y seguras del mundo. En manos expertas, el proceso es sorprendente:
- Duración: apenas unos 10-15 minutos por ojo.
- Anestesia: generalmente tópica (gotas), sin necesidad de pinchazos.
- El proceso: se extrae el cristalino opaco y se sustituye por una lente intraocular (LIO) artificial que dura para siempre.
El valor añadido: adiós a las gafas
Aquí es donde la decisión de operarse a tiempo cambia tu futuro. Al sustituir el cristalino, en IOTT no solo eliminamos la catarata, sino que podemos corregir defectos refractivos previos.
¿Sabías qué? Con las lentes intraoculares premium (trifocales o de rango extendido), es posible corregir en la misma cirugía la miopía, la hipermetropía, el astigmatismo y la presbicia (vista cansada).
Esto significa que muchos pacientes salen del quirófano viendo mejor que cuando tenían 20 años, prescindiendo de las gafas para la gran mayoría de sus actividades diarias.
Tecnología de vanguardia en IOTT
La diferencia entre una buena visión y una visión excelente reside en la tecnología y la personalización. En IOTT, apostamos por la cirugía láser de femtosegundo para automatizar los pasos más delicados de la intervención, garantizando:
- Mayor precisión: las incisiones son perfectas y diseñadas por ordenador.
- Menor inflamación: una recuperación visual más rápida.
- Seguridad: control total durante todo el procedimiento.
Tu visión no puede esperar
No te resignes a ver el mundo a través de una niebla. Si notas que tu visión ha disminuido, que los colores ya no son brillantes o que necesitas mucha más luz para leer, es el momento de actuar.
Operarse de cataratas a tiempo no es solo una cuestión médica, es una decisión vital para recuperar tu independencia y disfrutar de cada detalle que te rodea.
Instituto Oftalmológico Tres Torres
Instituto Oftalmológico Tres Torres en Masquemedicos