La zona de nuestro rostro donde comienza a notarse primero el envejecimiento, son los ojos, junto con las bolsas que se forman en los párpados inferiores, el párpado superior caído es un problema frecuente y que da un aspecto cansado y decaído.
El párpado caído puede ser causado por enfermedades musculares, traumatismos, e incluso por el abuso de lentes de contacto, especialmente las lentillas rígidas. También puede deberse al debilitamiento del músculo elevador del párpado superior, producido por el envejecimiento. En algunos casos, el origen del párpado caído proviene desde el nacimiento, a causa de un desarrollo muscular anómalo en la gestación.
El párpado caído produce problemas estéticos y visuales, pero estos pueden corregirse fácilmente mediante una cirugía plástica realizada por expertos en oftalmología.
Problemas derivados del párpado caído
Cuando el párpado se cae, además de producir un problema estético, tiene consecuencias mucho más importantes como la reducción del campo visual y la alteración de la capa lagrimal. A esta alteración del párpado se le denomina ptosis. Existen también otras alteraciones en esta zona del rostro, como son el párpado evertido hacia afuera, llamado ectropión, y el párpado invertido hacia adentro, que recibe el nombre de entropión. Estos últimos pueden tener como consecuencia irritaciones oculares, lagrimeo y úlceras en la córnea.
Algunos pacientes indican sufrir sensación de pesadez en los párpados caídos, y a medida que avanza el día, esta va en aumento hasta sólo quedar una pequeña hendidura palpebral que les permite ver. Reduciendo el exceso de piel y/o grasa del párpado, se mejora su campo visual y se ayuda a reducir la sensación de fatiga en el párpado superior.
El único tratamiento para eliminar el exceso de piel en el párpado superior es la cirugía. Se trata de una intervención sencilla, pero que deben ser altamente precisas para que el párpado mantenga un estado adecuado y no afecte a la visión. Estos deben cerrarse completamente, se no ser así aparecerán problemas como el ojo seco, irritaciones, e incluso ulceraciones. A esta técnica quirúrgica se le denomina blefaroplastia.
Cómo se lleva a cabo una blefaroplastia
La blefaroplastia se realiza a través del pliegue palpebral superior, así la cicatriz quedará oculta, y en el párpado inferior vía externa o conjuntival. Para esta intervención se utiliza anestesia local.
El postoperatorio tiene unas dos semanas de duración aproximadamente, pero los resultados se comienzan a notar enseguida. Después de la intervención se mantienen los puntos de sutura que posteriormente serán retirados por el cirujano. Durante la primera semana tras la cirugía, al paciente debe estar en utilizando pomadas antibióticas, aplicando frío local y protegiendo los ojos utilizando gafas de sol.
En ocasiones la cirugía de blefaroplastia puede asociarse a otras técnicas como la cejaplastia, esta intervención tiene como finalidad mejorar la caída de la ceja, que es también un problema que sufren muchas personas. Al realizar estas dos técnicas en conjunto, el resultado es una importante mejora estética en la zona de alrededor del ojo, luciendo un aspecto menos cansado y rejuveneciendo el rostro notablemente.
Esta cirugía también puede asociarse al lifting del tercio medio facial, mejorando así no solo la zona de los ojos, sino del rostro en general.
Los cirujanos oculoplásticos son oftalmólogos que se han especializado en intervenciones quirúrgicas para el tratamiento de los párpados, vías lagrimales y órbita ocular, esta doble especialidad les capacita para realizar estas cirugías con precisión, garantizando los mejores resultados.