En nuestro día a día nos vemos sometidos a multitud de situaciones donde tenemos que decidir con inmediatez la secuencia de tareas que vamos a realizar y la forma de realizarlas. En función de las consecuencias de nuestras decisiones iremos construyendo nuestra autoestima y nuestra percepción de logro.
Hay etapas en la vida en las que no nos sentimos preparados para afrontar cierta carga de tareas y de toma de decisiones. y las postergamos. También hay personas con dificultades para realizar las actividades con inmediatez debido a que presentan falta de hábitos y déficit en la planificación y la gestión del tiempo.
¿Qué es procastinar?
Denominamos procrastinación, al hábito de postergar actividades que necesitan realizarse reemplazándolas por otras más agradables o sin demasiada importancia. Esta postergación, se convierte en una gran barrera para alcanzar metas, ya que no ponemos en práctica medidas acordes.
Podemos pensar que este tipo de personas tienden al poco esfuerzo pero un exceso de autocrítica suele ser la principal barrera. Se autocastigan tanto con que no van a llegar a un estándar satisfactorio, que al final no se sienten lo suficientemente capaces para hacer la tarea y la dejan pendiente.
Un cambio profundo, implicará focalizar la energía en nuestra participación activa en la situación, de modo también de ir aprendiendo con la experiencia.
¿Qué hacer pata intentar dejar de postergar objetivos?
- Clasificar las tareas. ¿Qué es importante para nosotros? Verlo escrito es más útil de lo que parece. Detallar cinco minutos antes de empezar el día que es lo importante, lo urgente y lo que se puede realizar por último o al día siguiente. Nuestro ritmo en las ciudades nos hace sentir que todo es para ya. Y a veces se tira la toalla y se posponen cosas por sentir que no damos para más.
- Comprender que es posible continuar y aprender, más allá de los inconvenientes. El exceso de autocrítica será un bloqueo. Podemos realizar tareas de forma errónea pero por lo menos lo hemos hecho y aprenderemos de ello.
- Dividir tareas. Ponerlas en práctica por partes es un paso acertado a la hora de ser más activos sin sobrecargarnos, en especial si de un proyecto relativamente grande se trata, ya sea a mediano o largo plazo.
- Premiarse. Tras realizar ciertas tareas sobre todo si no tenemos la rutina puede ser útil instaurar al finalizar un pequeño refuerzo que sea motivador y que incite a llevar a cabo lo obligatorio. Un baño, un café en una terraza, salir a caminar, ir al gimnasio, leer al sol….
- Modificar el entorno. Intentar que el entorno sea proactivo. Hay muchos jóvenes que intentan estudiar por ejemplo en la cama, eso genera que acabemos dejando el estudio para más tarde y que acabemos durmiendo la siesta, o hacer cosas en casa con la televisión puesta.
- Focalizarse en los beneficios de estar haciendo lo que se solía postergar.
- Pedir ayuda. Si en el trabajo tienes dudas o si en casa no sabes como planificar o iniciar una tarea copia de un modelo, coméntalo con tus compañeros, con tu familia. Todos se sentirán reforzados ante tu consulta.
- Quitar las distracciones del entorno.
- Evita decir que sí a todos los planes sociales. En ocasiones podemos sentir que postergamos las cosas por atender peticiones de los demás y por estar pendientes de los grupos sociales del teléfono. Es importante aprender a poner límites.
Si te gustaría profundizar en estas u otras cuestiones un psicólogo podría ser el profesional de referencia que te lleve al autoconocimiento, a estructurar un tiempo libre y a ayudarte a gestionar tu organización diaria y superar los bloqueos que existan.