Las dos preguntas que más se hacen mis pacientes antes de una cirugía de aumento de pecho son:
- Doctor ¿me dolerá mucho?
- Doctor ¿cuándo podré mover los brazos? ¿Conducir? ¿Coger en brazos a mi hijo pequeño?
Mi respuesta siempre es esta:
No te dolerá nada y, además, podrás mover tus brazos sin molestias en un par de días. Las pacientes que no me conocen me suelen mirar con escepticismo.
¿Por qué no duele nuestro aumento de pecho?
Para poder explicarlo hay que ir atrás en el tiempo, a principios de los ochenta.
En aquella época descubrimos que las prótesis que más utilizábamos, las de suero fisiológico, se “notaban” mucho. Lógico, parecían dos globos llenos de agua.
Por eso decidimos cambiar el plano del implante: en lugar de colocarlo en su sitio natural en la mujer, es decir, detrás de la glándula mamaria, las empezamos a ocultar detrás del músculo pectoral mayor, el lugar donde implantábamos a los hombres (sí, sí, porque los hombres también se aumentan el pecho…muscular).
Y así fue. Desde 1980 empezamos a colocar y enseñamos a colocar los implantes, detrás del músculo. Personalmente, a través de la areola. Una intervención que, realizándose de manera correcta, no provoca pérdida de sensibilidad ni capacidad de amamantar.
En 1995 aparecieron las prótesis de gel cohesivo fiables, con una consistencia como los tejidos blandos humanos. Ya no nos hacía falta esconderlas detrás del músculo. Las podíamos poner detrás de la glándula, empujando esta, sobre el músculo. Con un resultado mucho más natural.
Colocación del implante entre la glándula y el músculo: ¡Se pueden mover los brazos casi después de la cirugía!
Y voilà, al no tener que despegar ni cortar el pectoral mayor, el postoperatorio dejó de doler, posibilitando que los brazos se “olvidasen” de que su propietaria llevaba prótesis mamarias recién implantadas.
Han pasado casi 25 años y seguimos colocando las prótesis en esa posición, en su lugar natural. Y sí, en casos excepcionales puede aparecer lo que se conoce como “efecto rippling”, es decir, notarse un pliegue en la piel. Pero, en general, el implante está libre, centrado, actúa como sujetador interior permanente y no duele esos primeros días. Ni los segundos tampoco.
Como ves, no hay más misterio. Hay excelentes cirujanos plásticos que prefieren la colocación por detrás del músculo. Una técnica clásica, válida y respetable, que personalmente utilicé en muchos casos.
Otras ventajas: Postoperatorio del aumento de pecho sin calmantes ni vendajes
No se utilizan medicamentos (antibióticos, antiinflamatorios o calmantes). Ni antes ni después de la intervención. Porque no los consideramos necesarios. Los pacientes se van a su casa a primera hora de la tarde del día de su intervención.
El contacto entre el paciente y el cirujano es fundamental a lo largo de todo el proceso. Para su tranquilidad, nuestros pacientes cuentan con un servicio de videoconsulta a través del que pueden charlar directamente conmigo y exponerme sus sensaciones, dudas… Normalmente no suele ser necesario, en las prácticamente 2 semanas que pasan hasta nuestra siguiente cita.
Con el apósito inerte y transparente que se pone sobre la areola no hacen falta gasas, ni pomadas, ni esparadrapos, ni vendajes. Solo un sujetador de aerobic. Abrochado delante. Por comodidad para poder ducharse cada día. Este apósito se retirará, también sin molestia alguna, a las dos semanas.
Y ya está: los puntos son internos y reabsorbibles, no hace falta quitarlos. Y la pequeña marca que queda, de unos milímetros por dentro de la areola, irá difuminándose en los primeros meses.
Otra cosa que hay que remarcar es que, a día de hoy, los laboratorios de implantes -en el carnet de identidad de las prótesis- ya no ponen fecha de caducidad.
Eso sí, cuando la paciente acuda a una consulta debe informarse bien, escuchar y valorar toda la información que reciba para no equivocarse, porque aumentarse el pecho puede ser una aventura maravillosa siempre que se esté en buenas manos.
Dr. Juan A. Mira: especialista en aumento de pecho
Dr. Juan A. Mira en Masquemedicos
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