En la actualidad los cambios a nivel académico, pues los menores empiezan antes al instituto un ambiente con mayor independencia, la tecnología, el consumo de sustancias que se ha adelantado en la franja de edad entre otras dificultades hace que los padres sientan que a partir aproximadamente de los doce años, empiezan a perder el control sobre el estado emocional de sus hijos y sobre lo que ocurre al 100% en su ámbito privado. El arma principal para fomentar que la situación no sea negativa es la comunicación con los hijos.
Aspectos que favorecen la comunicación con nuestros hijos
- Mostrar interés: “¿Y qué paso entonces?, Sigue, cuéntame más sobre eso.”, “¡Qué interesante!”
- Clarificar:” ¿Y ante esa discusión tú qué hiciste?” “¿Hace tiempo que te pasa eso? Y en realidad ¿Tu querías hacer eso?
- Parafrasear: “Entonces, si no he entendido mal lo que me quieres decir es que…”
- Reflejar: “Te sientes mal debido a que… Te duele que te trate así, “ Veo que eso es muy importante para ti”
- Resumir: “Entonces, me estás diciendo que lo que ha pasado es que…”
- Reforzar. Qué bien que le dijeras eso, que bien que al final te quedaras a estudiar, mejor así que te fueras ante la discusión…
Aspectos que dificultan la comunicación con nuestros hijos
- Criticar antes de conocer los hechos: “Seguro que habéis empezado vosotros, como si lo viera.”
- Amenazar. Más vale que después…
- Sermonear. Yo a tu edad…
- Ridiculizar, ironizar “Pero mira que eres torpe…” “Eso te pasa por tonto…” “ Os creéis muy listos…”
- Dar órdenes, mandar, dirigir: “Se acabó, lo que tienes que hacer es…”
- Cambiar el tema cuando nos es incómodo: “Bueno, ya lo hablaremos más tarde…” “Sabes que estos temas no me gustan…”
- Minimizar el problema: “Vaya tontería, no habrá males mayores que ese…” “Seguro que al final lo solucionáis fácil”
- Interpretar: “Tú lo que pretendes es que… pues no, no paso por ahí.”
- Interrogar: Cuándo has ido, qué has hecho, con quién has estado, qué te ha dicho, etc
Cuando existen graves problemas de comunicación y entendimiento en la familia, lo necesario es acudir a un especialista en psicología, que brinda diferentes opciones tales como terapia familiar, terapias psicológicas para niños o para adolescentes, y que en base a su experiencia y formación, y por supuesto de las necesidades de cada persona y familia, determinará la mejor terapia para mejorar la relación entre padres e hijos.