La obesidad es actualmente una enfermedad que ha sido calificada por la OMS como la epidemia del siglo XXI, por esta razón acabar con ella y con los problemas que se asocian a su padecimiento, se ha convertido en un gran reto.
Más de 1900 millones de personas adultas tenían sobrepeso en el año 2016 y más de 650 millones eran obesos. Aproximadamente 2.8 millones de personas mueren cada año a causa de la obesidad.
Los profesionales de la salud y estética son conscientes de la gravedad de esta situación y de todas las dificultades a las que deben hacer frente las personas que sufren obesidad. De allí la importancia de continuar ayudando a los pacientes a ganarle el pulso a esta enfermedad.
Por esta razón se han creado unidades especializadas, con el objetivo de ayudar a las personas que desean adoptar un estilo de vida más saludable, pero tienen dificultades para conseguirlo.
¿Qué es la obesidad?
La obesidad es la acumulación de grasa en el organismo, que supone un peligro para la salud.
Para determinar si el peso de una persona es el adecuado, se utiliza el índice de masa corporal (IMC). Calcular el IMC es muy sencillo, la fórmula es dividir el peso (kg) por el cuadrado de la talla en metros (kg/m2). Una persona con un IMC por encima de 25, tiene sobrepeso; las personas cuyo IMC es superior a 30 padecen obesidad.
Efectos de la obesidad en la salud
Las enfermedades asociadas al sobrepeso y la obesidad son:
- Hipertensión y enfermedades cardiovasculares. La hipertensión es el aumento de la presión arterial. Puede tener como consecuencia insuficiencia coronaria, arritmias y angina de pecho.
- Enfermedades en el sistema respiratorio.
- El sobrepeso y la obesidad están asociados a un aumento del riesgo de sufrir cáncer, entre ellos, cáncer de mama, cáncer de endometrio, cáncer de colon y rectal, cáncer de vesícula biliar, cáncer de riñón y páncreas. El riesgo de fallecer a causa del cáncer es mayor.
- Problemas psicológicos y de autoestima.
- Diabetes.
Diabetes y obesidad
Tener un IMC alto supone un riesgo de sufrir Diabetes de tipo II. Este riesgo es mayor si se presentan antecedentes familiares. El riesgo se reduce cuando se pierde peso.
La glucosa es la fuente de energía del cuerpo humano. El organismo posee un sistema que regula la cantidad de glucosa que circula en la sangre. Esta hormona transfiere el azúcar en sistema sanguíneo y la distribuye en los músculos, el hígado y los tejidos grasos. Es usada como combustible o guardada para cuando exista una deficiencia de esta.
La Diabetes de tipo II origina hiperglucemia (nivel de azúcar elevado). El organismo de aquellos que sufren diabetes de tipo II, no genera la cantidad de insulina necesaria o las células no la utilizan.
Para contrarrestar, el páncreas se encarga de aumentar la producción de insulina para suplir esta carencia. Pero este órgano no puede mantener el ritmo de producción de insulina con el paso del tiempo.
Quienes padecen diabetes de tipo II, deben tomar medicación e insulina, además de modificar sus hábitos alimenticios.
Cómo atacar la diabetes de tipo II y la obesidad
La obesidad es consecuencia de un desequilibrio entre las calorías que se toman y las que se consumen. Una dieta saludable y equilibrada, junto con actividad física regular, son las mejores herramientas para mantenerse sano.
Alimentación para prevenir la obesidad
Es importante tener control sobre el consumo de grasas y sustituir las grasas saturadas por las insaturadas.
Aumentar el consumo de verduras, frutas, legumbres, hortaliza, frutos secos y cereales integrales.
La OMS recomienda, además de una alimentación saludable, 150 minutos de actividad física moderada. Si se desea adelgazar, la intensidad debe ser mayor y durante más tiempo.
Si has decidido adelgazar, pero no sabes por dónde comenzar y cómo lograr tus objetivos, consulta con una unidad de especialistas en nutrición y obesidad. Que te ayudarán a decidir cuáles son los tratamientos y herramientas más adecuados para tu caso.
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