Congelar óvulos para retrasar la maternidad: tendencia en alza tras la pandemia

Desde 2021, la demanda de preservación de óvulos en ha experimentado un gran crecimiento, triplicando el número de ciclos realizados. Este notable incremento refleja una tendencia social cada vez más presente: las mujeres toman las riendas de su futuro reproductivo, planificando la maternidad en sus propios términos.

¿Por qué congelar óvulos?

Las razones detrás de esta decisión son diversas. La principal, sin duda, es la postergación de la maternidad por motivos personales. Carrera profesional, desarrollo personal, viajes, búsqueda de estabilidad económica o simplemente el deseo de disfrutar de la vida sin responsabilidades parentales son algunos de los factores que influyen en esta tendencia.

Esto refleja la importancia que puede llegar a tener, a nivel social, el hecho de que las mujeres sepan que pueden congelar sus ovocitos y los beneficios que les aporta de cara a la planificación de su maternidad”, indica la doctora Alicia Herencia, de Instituto Bernabeu.

Sin embargo, existen otras circunstancias médicas que pueden llevar a una mujer a congelar sus óvulos. Por ejemplo, criopreservarlos antes de cirugías que puedan afectar los ovarios, o como medida preventiva frente a tratamientos médicos como la quimioterapia que impactan la capacidad reproductiva. Asimismo, mujeres con mayor riesgo de baja reserva ovárica (con endometriosis, menopausia precoz o enfermedades autoinmunes) también optan por esta alternativa para preservar su fertilidad.

La edad juega un papel fundamental en la fertilidad femenina

La cantidad y la calidad de los óvulos disminuyen con el paso del tiempo, siendo este descenso más notable a partir de los 35 años y aún más acusado después de los 38. Esta reducción en la calidad ovocitaria está directamente relacionada con el aumento de las posibilidades de generar embriones con problemas cromosómicos.

Mi recomendación, en circunstancias generales y sin patologías previas, es criopreservar ovocitos antes de los 35 años para intentar obtener los mejores resultados”, aconseja la Dra. Alicia Herencia, coordinadora de la Unidad de Preservación de la Fertilidad de Instituto Bernabeu.

Las estadísticas son contundentes: a los 35 años, el 70-80% de los embriones tienen una dotación cromosómica correcta, mientras que a los 41-42 años este porcentaje se invierte, llegando a un 80% de embriones con posibles alteraciones cromosómicas. Esta situación dificulta la probabilidad de embarazo y aumenta la tasa de abortos.

En España, la edad media a la que las mujeres tienen su primer hijo no deja de aumentar. En la actualidad, la cifra supera los 32,6 años, mientras que en 2010 era de 29,8 años. Este retraso en la maternidad puede generar dificultades para la fertilidad femenina, ya que la calidad de los óvulos disminuye con el paso del tiempo. A esta tendencia se suma la disminución progresiva de la natalidad en España. El número de hijos por mujer ha descendido de 1,37 en 2010 a 1,19 en 2021.

Congelar los óvulos cuanto antes permite mantener el riesgo de aborto bajo, posibilitando a la mujer tener hijos a los 40 años con probabilidades similares a las de cuando los congeló.

Esto es especialmente relevante porque a diario debemos comunicar a muchas mujeres en nuestras consultas que no van a poder ser madres con sus propios ovocitos, una noticia que reciben siempre con especial tristeza. Pero esto es algo que, en muchas ocasiones, se podría evitar con la criopreservación de los óvulos cuando todavía son válidos” relata la Dra. Herencia.

La vitrificación de ovocitos se convierte así en una herramienta poderosa que empodera a las mujeres, brindándoles la libertad de elegir el momento adecuado para ser madres.

Instituto Bernabeu, Medicina Reproductiva

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