La crisis sanitaria que nos ha llevado a la ‘nueva normalidad’, ha ocasionado que una de las relaciones más estrechas en la familia, la de abuelos y nietos, haya cambiado radicalmente.
Al ser los mayores un colectivo más vulnerable al contagio de la COVID-19, la distancia social debe mantenerse en las reuniones familiares.
Es importante que los más pequeños comprendan esta situación y aprendan a expresar afecto en la nueva normalidad, sin poner en peligro la salud de los mayores.
La edad y la personalidad de cada niño influye en cómo les afecta esta situación a medio plazo. Los más pequeños se han adaptado al confinamiento y las rutinas en casa, y es posible que ahora sean más tímidos y les cueste más volver a relacionarse con sus familiares y amigos. Los niños más mayores y los adolescentes, por pasar muchas horas delante de una pantalla, pueden perder habilidades a la hora de relacionarse y mantener contacto presencial.
Importancia de la relación entre abuelos y nietos
La relación entre nietos y abuelos tiene efectos positivos en ambas partes. En el caso de los mayores, la presencia de los niños ayuda a mejorar su estado de ánimo, mientras que para los niños los abuelos son muy importantes para su desarrollo emocional. Por eso es importante encontrar la forma de mantener y fortalecer esta relación, aún teniendo que mantener ciertas normas.
Durante el confinamiento las videollamadas han sido claves para que el vínculo entre abuelos y nietos no se viera afectado. Sin embargo, en el caso de los más pequeños, sí que podría percibirse cierto distanciamiento afectivo hacia sus abuelos debido a su ausencia durante estos meses, pero tras unas semanas este vínculo se recupera.
Abrazos en la nueva normalidad
La nueva normalidad nos ha llevado a evitar los contacto físicos, sobretodo aquellas personas que forman parte de colectivos vulnerables, como es el caso de los ancianos. Hacer que los niños comprendan que ahora mismo no pueden abrazar a sus abuelos, puede resultar complicado.
Desde siempre hemos enseñado a los más pequeños a saludar a sus familiares, especialmente a los abuelos, con un beso y un abrazo, modificar ahora este comportamiento que ya para ellos, y para todos, es parte de nuestro día a día, no es fácil, porque son procesos de socialización muy primarios.
El contacto físico debe reducirse y seguir una serie de pautas, pero es necesario recuperarlo ya que forma parte importante del desarrollo de los niños. Según las recomendaciones de los expertos, la recomendación es abrazar mirando a direcciones opuestas. En el caso de los niños, deben abrazar a los adultos por la cintura. Evitando los abrazos cara a cara. o juntando las mejillas.
¿Qué hacer cuando el contacto físico no es posible?
En los casos en los que el contacto físico de cualquier tipo sea imposible, se recomienda recurrir a actividades en familia, como juegos y manualidades, que se puedan llevar a cabo con los abuelos, para así mantener la relación con los nietos, y demostrar afecto de una forma alternativa.
Si aún no es posible verse, como ocurre con los ancianos que están en están en residencias, es importante seguir presentes, que los niños puedan mantener el contacto con sus abuelos en la distancia. Las nuevas tecnologías son clave, como lo han sido durante el confinamiento. Enviar fotos, vídeos y hacer videollamadas sigue siendo la mejor opción. En las residencias, el personal ayuda a los ancianos a manejar estos dispositivos y les facilita el acceso a ellos. En caso de no ser así, es importante ponerse en contacto con la residencia para desarrollar herramientas que permitan mantener el contacto familiar y la interacción, sin riesgo para la salud.
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