Existen diversas clasificaciones sobre los tipos de duelo. Sin embargo, antes de hablar de los tipos, me gustaría dedicar un espacio a su definición y poder mencionar que el proceso de duelo se refiere a la reacción psicoemocional que experimentan las personas tras una pérdida afectiva significativa.
Tradicionalmente se ha asociado el duelo con el malestar ante la pérdida por la muerte de personas cercanas. Si bien en esas circunstancias se atraviesa un duelo, también puede ser vivido ante otras muchas situaciones: ruptura de pareja, pérdida de empleo, de una mascota, sentir que se ha perdido el vínculo con alguien pero no necesariamente por el fallecimiento de la misma, tras el proceso de jubilación, divorcio de los padres, pérdida de capacidades, etc. El duelo se produce tras determinados cambios bruscos en la vida de una persona, cambios que siempre conllevan algún tipo de pérdida.
Tipos de duelo
Duelo normal
Se trata de una reacción emocional adaptativa tras la pérdida. Pese al dolor, la tristeza profunda o los momentos de negación en una fase inicial, pasadas unas semanas la persona toma conciencia y acepta la nueva situación, se recupera y reorganiza su vida. El malestar va disminuyendo progresivamente, no significa olvidar a la otra persona o la anterior situación.
Duelo retardo
Es semejante al duelo normal, la diferencia radica en el inicio ya que éste se da pasado un tiempo desde la pérdida. En algunos casos 2 o 3 semanas y, en otros, unos meses más tarde.
Duelo ausente
En los casos en los que la negación de la pérdida es continua y no se conciben la nuevas circunstancias.
Duelo anticipado
Tiene lugar antes de que se haya producido la pérdida. En estos casos resulta habitual experimentar distintas emociones anticipatorias. Por ejemplo, es vivido por un familiar cercano de alguien que tenga un diagnóstico terminal.
Duelo desautorizado
Lo experimentan aquellas personas rodeadas de otros que no validan la experimentación de los síntomas. Es decir, el entorno no permite a la persona elaborar y procesar la pérdida.
Duelo inhibido
Es experimentado por los individuos a los que les cuesta, en general, expresar sus sentimientos. Es común también en el caso de los niños que atraviesan este tipo de situación.
Duelo crónico
La sintomatología no remite. El intenso malestar no permite que la persona pueda reorganizar su vida, en este caso el duelo dura años.
Duelo enmascarado
La persona somatiza síntomas físicos o incluso psicopatológicos (trastornos de alimentación, por ejemplo) debido al sufrimiento que está experimentando, pero no asocia estos síntomas con la pérdida.
Duelo ambiguo
Este tipo de duelo es muy angustiante. Lo padecen aquellos que no conocen el paradero de su allegado, tampoco saben si está vivo o ha fallecido. Por ejemplo, ante secuestros, desapariciones en catástrofes naturales, etc.
Duelo sin resolver, patológico o complicado
Este tipo de duelo tiene lugar cuando la persona no consigue procesar y elaborar la pérdida, encontrando dificultades para enfrentar el día a día. Los síntomas se intensifican y se prolongan en el tiempo. En estos casos, la intervención terapéutica resulta necesaria.
Natalia Correa, especialista en duelo en Centro Aesthesis
Centro Aesthesis en Masquemedicos