Normalmente las mujeres podemos quedarnos embarazadas en cualquier menstruación, pero a medida que pasa el tiempo, estas posibilidades se van reduciendo. Nuestros óvulos envejecen, por eso debemos preservar nuestras posibilidades de ser madres, para poder tener hijos en un futuro, en el momento que deseemos.
La menstruación tiene una vida más larga que la fertilidad de las mujeres, de hecho más de un 33% de las mujeres no pueden tener hijos.
Las mujeres nacemos con una reserva ovárica determinada, al contrario que los hombres, que son capaces de producir espermatozoides cada tres meses. Nuestra reserva ovárica es óptima en la juventud, pero al llegar a los 30 años, comienza a disminuir, y con ello la calidad de los ovocitos. A partir de los 35 años, la reserva ovárica será únicamente un 10% de la que poseíamos a los 20 años.
Así, las posibilidades de lograr un embarazo de forma natural se reducen. A los 20 años las probabilidades de embarazo son de un 25%, a los 30 años se reducen a un 15% y a los 40 años, descienden hasta el 5%. Esto es una información que muchas mujeres desconocen, y este desconocimiento les impide tomar previsiones.
Fertilidad en la mujer según la edad
- 20 años
Con 20 años la fertilidad se encuentra en su punto máximo. Los ovarios contienen una buena cantidad de óvulos, y estos además son de buena calidad. - 30 años
A partir de los 30, comienza el declive de la fertilidad, y a partir de los 35 este es aún más pronunciado, por esta razón lograr un embarazo se hace más complicado. - 40 años
Después de los 40 la capacidad de las mujeres para lograr un embarazo natural experimenta un importante descenso, pero a pesar de ello no es una misión imposible.
Además es importante recordar que a partir de los 40, las alteraciones cromosómicas de los óvulos aumentan un 50%.
Preservación de la maternidad
No siempre estamos preparadas para ser madres en nuestra edad de mayor fertilidad. Ya sea por motivos personales, laborales, económicos, entre otros, preferimos esperar a un momento más adecuado de nuestras vidas para tener hijos. Pero esto no tiene porque impedirnos ser madres con nuestros propios óvulos.
La mejor opción para preservar la maternidad, es la vitrificación de los óvulos. Así es posible conservar los óvulos para ser madre en el momento que consideremos idóneo.
La vitrificación consiste en la congelación ultrarápida de los óvulos, en nitrógeno líquido, a una temperatura de -196ºC. Así se evita la formación de cristales, que dañan las células.
Antes de realizar este proceso, se lleva a cabo un estudio de fertilidad y un estudio de éxito gestacional, para conocer el estado de la reserva ovárica y determinar cuales son las posibilidades de concebir en ese momento. La edad recomendada para vitrificar, es entre los 20 y los 30 años.
Con la vitrificación los óvulos mantienen las mismas características que tenían en el momento que fueron congelados. Si una mujer vitrifica sus óvulos con 30 años, podrá ser madre a los 40, pero sus óvulos tendrán la misma calidad que a los 30 años.
Vitrificar supone mantener las posibilidades de ser madre con óvulos propios durante más tiempo. Por esta razón es importante que las mujeres no desconozcan esta información, ya que la vitrificación les ofrece la oportunidad de conservar la calidad de sus óvulos, ser madres en el momento que deseen y además tener niños más sanos, evitando los problemas causados por las alteraciones de los cromosomas de los óvulos, que se incrementan a mayor edad en la mujer.
Clínicas EVA, especialistas en reproducción asistida