Todos nos hemos quemado alguna vez, y que dolor más inesperado y agudo, ese que produce una quemadura. Ya sea con aceite, con la plancha, con un caldero, o con cualquiera de las infinitas cosas y sustancias que parece que viven deseando compartir su “agradable calor” con nosotros, hasta casi fundirnos la piel.
Pero llegado ese momento y después de soltar el grito correspondiente, ¿Qué debemos hacer cuando nos quemamos?. Según el tipo de quemadura el protocolo de actuación es distinto, así que vamos a empezar por distinguir qué tipo de quemadura sufrimos.
Tipos de quemaduras
Lo primero que debemos hacer es diferenciar el tipo de quemadura que hemos sufrido, para que os sea más sencillo vamos a ver las particularidades de cada una.
Quemaduras de primer grado: la piel se enrojece, sientes dolor en la zona afectada, y es se encuentra inflamada.
Quemaduras de segundo grado: aquí aparecen las ampollas y el dolor es bastante más intenso. La zona que ha sufrido la quemadura sufrirá una inflamación pronunciada.
Quemaduras de tercer grado: en este tipo de quemadura no hay dolor local como en las de primero y segundo grado. Los daños en la piel son graves, incluso pudiendo verse la grasa, tejidos musculares, o los huesos.
Si sufres una quemadura de primer grado, podrás tratarla con remedios caseros, pero en caso de que sufras una lesión de segundo o tercer grado, deberás acudir a un médico de familia, quien evaluará la lesión y derivará al enfermero, que será el encargado de aplicar el tratamiento más conveniente.
Me he quemado ¿Qué debo hacer?
Antes que nada abre el grifo y coloca debajo del agua la zona quemada, deja que el agua refresque tu piel. El agua evitará las ampollas y además de calmar el dolor.
Uno de los remedios más eficaces para las quemaduras de primer grado es el aloe vera. Esta planta casi mágica que parece funcionar para curar prácticamente todo, es una de las mejores aliadas para aliviar las quemaduras, ésta aporta un gran número de beneficios para la piel y ayuda a regenerarla.
Puedes usar una crema de aloe vera, pero cuanto más natural siempre será mejor, por eso tu abuela (la reina por excelencia de los remedios caseros), y tú, y yo, sabemos que lo mejor es tener en casa la plantita de donde coger una de las hojas para aplicarla directamente en la quemadura. Por supuesto, antes hay que retirar con un cuchillo el exterior de la misma, dejando únicamente la parte interior, que es un sustancia viscosa con un olor muy característico, pero efectiva a más no poder.
Otro remedio infalible es la miel. El tesoro de las abejas es un antihistamínico muy potente, previene las infecciones y calma el dolor casi instantáneamente. Así que un 10 para la miel.
¿Cómo usarla? Muy simple, coloca un poco de miel sobre la quemadura (evita comértela por favor) y espera que se seque. Déjala actuar durante unos minutos, y luego retírala con un poco de agua. Puedes repetir este proceso varias veces en el día.
Después de aplicar el remedio de tu preferencia, cubre la quemadura con una gasa limpia, a fin de evitar que se infecte.
Recuerda que si tu quemadura es más grave, debes acudir inmediatamente a un médico, quien valorará su estado y de forma profesional llevará a cabo el tratamiento adecuado. Por eso en Masquemedicos te ofrecemos una lista de los mejores profesionales médicos de Madrid, médicos de Barcelona, y de todas las ciudades de España.