La causa más frecuente de pérdida de la agudeza visual en personas de más de 60 años en los países desarrollados es la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE). Es una enfermedad degenerativa que afecta a un área de la retina denominada mácula y tiene una elevada prevalencia. La cifra más elevada se da en personas mayores de 70 años, aunque también se ven casos a partir de los 55 años.
La mácula es la porción central de la retina, “es la visión de detalle, en color, la que se utiliza para actividades cotidianas como leer, conducir, identificar a las personas”, explica el Dr. Javier Ascaso, oftalmólogo especializado en DMAE y miembro de la Sociedad Aragonesa de Oftalmología.
Hasta hace siete años no existía ningún tratamiento para la degeneración macular. Ahora, se dispone de las inyecciones intraoculares de fármacos antiagiogénicos. Con ellas, se logra estabilizar y en un tercio de los casos mejorar la agudeza visual, pero para otro tercio esta medicación no da resultados. “Las inyecciones se administran cada uno o dos meses, pero se trabaja para lograr inyecciones cuyo efecto sea más prolongado en el tiempo”, explica el Dr. Ascaso.
Por todo ello, los oftalmólogos insisten en la importancia del diagnóstico precoz. Los primeros síntomas son la visión borrosa, aunque es muy inespecífico, la visión distorsionada y la aparición de manchas oscuras en el campo de visión. Es una enfermedad que afecta a los dos ojos, aunque puede no comenzar en los dos al mismo tiempo.
Hay dos tipos de degeneración macular:
- Seca: es la más frecuente, afecta a uno 80-90% de las personas con DMAE. La pérdida de visión en estos casos es muy lenta.
- Húmeda: es más grave porque la visión se pierda de forma rápida, pero menos frecuente, entre un 10 y un 20% de los casos.
¿Cómo se puede prevenir?
Existe un componente genético en la DMAE y también es un factor de riesgo el color del iris, afecta más a los ojos claros que a los oscuros, pero hay una serie de recomendaciones generales que se pueden seguir:
- Evitar el tabaco
- Prevenir la exposición prolongada a la luz con gafas de sol
- Revisiones periódicas a partir de los 55 años, sobre todo, si hay antecedentes familiares con degeneración macular.
- Una dieta rica en determinados nutrientes:
- Vitaminas C y E
- Minerales zinc y cobre
- Luteína y zeaxantina, que se encuentran en vegetales de hoja verde como las espinacas, el brócoli, las coles de Bruselas…
- Ácidos grasos omega 3, de manera natural se pueden ingerir al consumir pescado, sobre todo, pescado azul.
La degeneración macular no produce dolor ni ningún tipo de molestia salvo la alteración de la función visual que, en sus inicios, puede ser muy poco relevante. De ahí, que los oftalmólogos insistan en la prevención y en el diagnóstico precoz para dar la respuesta adecuada.
Por Melania Bentué (Estrategias de Comunicación)
Blog de de Zoe (Blog de la autora)