Actualmente la miopía, junto con la hipermetropía, es uno de los defectos refractivos que más sufren los pacientes a nivel mundial. Debido al envejecimiento natural de los órganos y la músculos del ojo, las enfermedades y causas genéticas, se calcula que un porcentaje cada vez más elevado poblacional sufrirá estos defectos refractivos. Pero ¿cómo detectar la miopía? ¿qué síntomas tiene?
Los síntomas son bastante claros, las personas que la padecen no consiguen enfocar bien los objetos que se encuentran en la lejanía, por ello tienden a entrecerrar los ojos y a acercarlos hacia sus ojos. Suelen sufrir cefaleas recurrentes a causa de los esfuerzos que realizan para poder ver de manera correcta. Algunos de estos pacientes sufren también resplandores y halos de luz al mirar a los objetos. Recordamos que la miopía se produce cuando el globo ocular el algo más largo de lo normal y la luz se enfoca delante de la retina en vez de en su superficie.
Si sufre cualquiera de estos síntomas lo más adecuado es que acuda a realizarse una revisión completa con su su oftalmólogo. Gracias a pruebas como la retinografía podrá conocer su graduación y el estado de su salud visual. Además, existen otras maneras mediante las que podrá comprobar el estado de su vista como los test de agudeza visual. Un ejemplo es el test de Snellen que utiliza letras que van disminuyendo en tamaño o cambiando la escala cromática. Esta prueba se realizará de manera binocular y monocular para tomar referencias de ambos ojos.
Es muy importante recordar que la miopía es un defecto refractivo que no puede curarse ni prevenirse pero si corregirse. Gracias al uso de lentes de contacto, lentillas e incluso diferentes tipo de cirugía láser, esta imperfección puede llegar a minimizarse y rectificarse en gran parte. Por ello ante cualquier síntoma o duda es necesario ser consciente de la importancia de acudir a las revisiones oftalmológicas.