La falta de salud suele crear corrientes de empatía y comprensión hacia la persona que sufre alguna enfermedad, más si esta es visible. Cuando es la cabeza la que no termina de funcionar bien, factores como la soledad o la vergüenza entran también en juego. Los psicólogos son esas personas que han decidido consagrar su vida a ayudar a otros que no saben qué es lo que no marcha bien dentro de ellos. María José Sumariva es una de ellos, y de la mejor raza: vocacional y convencida de su trabajo. “Quedan 10 minutos para una sesión, a lo mejor estás agobiada por un problema personal, pero lo dejas fuera del despacho. Empiezas a trabajar, y cuando te despides, te das cuenta de que has conseguido alejarte de tus quebraderos para hacer más llevaderos los de la otra persona.”
María José trabaja en un centro haciendo consulta privada y también en un Centro Médico realizando la Valoración Psicológica para prórroga o expedición del carnet de conducir. Puede sonar a trabajo mecánico, pero ella dice que “es un trabajo sencillo, pero que te permite un contacto directo con la gente, algo que me encanta. Siempre hay un comentario, un hecho, que da lugar a la conversación y a interaccionar con la persona”.
Su labor en la consulta privada se aproxima más a lo que tenemos en la cabeza cuando pensamos en una psicóloga: “He trabajado casos de problemas de ansiedad, fobias, autoestima, y también he trabajado con parejas. Y también he tenido casos en los que la demanda del paciente no podía abarcarla, por lo que he derivado a otro profesional”. Nos paramos en este ejercicio de honestidad profesional. ¿A qué se refiere con no poder abarcar la demanda del paciente? “No siempre puedes abordar todos los problemas que surgen, a veces tu forma de trabajo no es la que busca el paciente o bien algunas veces tu consideras que hacen falta meses de seguimiento y el paciente necesita respuestas más inmediatas”.
Indagamos por el tipo de problemas con los que suele venir la gente a verla: “Pues creo que hay en nuestra sociedad dos grandes problemas: baja autoestima y falta de comunicación. Hablando más de trastornos, son muy frecuentes los trastornos de ansiedad y del ánimo. (…) Estamos en una Sociedad en la que se exige la perfección y la inmediatez. Y eso genera muchas veces frustración, incapacitando a la persona en un sentido u otro”. ¿Y por qué algunas personas dejan de ir al psicólogo aunque no estén completamente bien? “Por muchas razones, por ejemplo por el dinero, sobre todo cuando son necesarias varias consultas. También sucede a veces que hay más de un problema y cuando se soluciona el ‘inmediato’ dejan de venir. Otras veces sucede que se tratan a dos personas (una pareja, padre e hijo) y una de las dos está menos implicada”.
Para terminar apuntamos un poco hacia lo personal. ¿Un psicólogo no tiene que soportar muchas veces la frustración de ver como un paciente no avanza? “Más que frustración puede ser impotencia, por no poder hacer las cosas de forma que se pueda seguir adelante. Eso sí, nunca he pensado que lo que hago no sirve para nada. En la propia conversación, cuando tienes a la persona delante, se ve la reacción, y ellos mismos dan las respuestas. No soy yo la que dice qué es lo que “tienen” que decir. (…) Considero que ayudo al paciente a darse cuenta de que no es perfecto, de que tanto él como yo, como cualquiera, podemos caer en su problema. Ese “darse cuenta” es básico”.
La última: ¿estás haciendo exactamente lo que querías hacer? “Para mí, mi objetivo sería trabajar en un Hospital Privado (publico no me es posible a día de hoy, ya que no tengo el PIR) e intervenir en todo tipo de áreas: pacientes, cuidadores, personal, etc. Es lo que más me gusta. Ir con una bata blanca de un sitio para otro. Me gusta la formación, la clínica, la evaluación… hay muchas formas de materializar la vocación. La motivación base es el trato con las personas”.
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Un psicólogo es un profesional que puede aportar ayuda psicológica en distintas situaciones y etapas en nuestra vida. En el caso de reproducción asistida, el psicólogo puede ser una pieza clave durante el tratamiento, ya que puede ser un proceso en el que se necesite de un profesional para poder afrontar de una forma más equilibrada todas las emociones y sentimientos que surgen.
Recientemente en nuestro blog publicamos un artículo con algunas preguntas que nos planteaba una lectora, sobre si necesitaba recibir ayuda psicológica por su infertilidad.
Un saludo.