Hoy 29 de octubre, se celebra el Día Mundial del Ictus bajo el lema “Comprometidos contra el Ictus”.
Se trata de una enfermedad que afecta, mayormente, a personas mayores de 50 años. Con el envejecimiento progresivo de la sociedad actual, el Ictus supone un problema grave de salud pública.
Esta enfermedad es la primera causa de muerte en mujeres y la segunda en hombres.
Después del Alzheimer, el Ictus es hoy en día la primera causa de demencia, así mismo es la primera causa de discapacidad.
En España se produce un Ictus cada 6 minutos y cada 15 minutos una persona fallece por esta causa. Los nuevos casos anuales de esta enfermedad en España, ascienden a 100.000
Es además una de las principales causas de ingreso en residencias asistidas, y más de la mitad de los ingresos en los Servicios de Neurología.
La atención de esta enfermedad comienza en la prevención y controlando los factores de riesgo del Ictus. Los hábitos como el tabaco, alcohol y llevar una vida sedentaria, están asociados con el padecimiento de esta enfermedad. Así mismo también es necesario tener en cuenta enfermedades cardíacas, diabetes, colesterol, obesidad, como factores de riesgo para sufrir un Ictus.
Sin embargo puede aparecer sin previo aviso. Personas sin ninguno de los factores de riesgo mencionados, pueden tener un Ictus a causa de una arritmia, una enfermedad hematológica, inmunitaria o infecciosa. Por ellos es importante saber reconocer los síntomas, para así poner en marcha el tratamiento adecuado.
Síntomas del Ictus:
Es importante dar difusión de los signos de alarma, para que las personas puedan reconocerlos y si aparecen, solicitar ayuda médica urgente.
- Debilidad en un lado de la cara
- Debilidad repentina de un brazo o una pierna
- Alteración del habla, no se le entiende o dice mal las palabras.
- Pérdida súbita de la visión en un ojo o en ambos.
Es importante acudir a un hospital cuanto antes, ya que los tratamientos sólo son efectivos durante las primeras cuatro horas.
Rehabilitación tras sufrir un Ictus:
Es necesario que tanto el paciente como sus familiares estén en conocimiento y desarrollen las habilidades necesarias para identificar y afrontar las consecuencias de esta enfermedad sobre la vida diaria.
La rehabilitación tiene como meta disminuir al máximo los déficits que experimenta el paciente que ha sufrido un Ictus, facilitando su reintegración social. El paciente debe comprender que no se conseguirá una recuperación integral, sino que la rehabilitación le ayudará a adaptarse a sus carencias.
Los programas de rehabilitación incluyen técnicas de Fisioterapia, Terapia Ocupacional y Logopedia, teniendo en cuenta las discapacidades que sufre cada paciente. También es necesaria la atención psicológica, para evaluar el estado anímico y mental del mismo.
Estos datos sobre el Ictus han sido aportados la Asociación Ictus de Aragón (AIDA), quienes trabajan desde el año 2000 en la lucha contra esta enfermedad cerebrovascular, y para brindar ayuda a las personas que han sido afectadas por ella.
Ofrecen recursos, apoyo y formación para las familias y cuidadores de las personas que ha sufrido un Ictus, así como servicio de rehabilitación para los afectados.
Esta asociación también busca sensibilizar acerca del Ictus e informar a la población sobre esta enfermedad.