Afrontar un diagnóstico de infertilidad cuando se desea tener un hijo, no es fácil. Cuando la pareja ha decidido que es el momento idóneo para ser padres y comienzan la búsqueda del embarazo, pero este no llega, deciden acudir a un especialista en reproducción asistida para determinar si existe un problema de fertilidad en alguno de los miembros de la pareja. Ante la respuesta positiva a esta infertilidad, hombre y mujeres asumen la noticia de formas diferentes, con reacciones y sentimientos diferentes.
Hombres y mujeres ante el diagnóstico de infertilidad
El hombre, ante la claridad de la infertilidad, se paraliza, niega la causa, se calla, no propone tratamientos, puesto que sabe que es la mujer la que debe someterse a mil pruebas y medicación que afecta su vida cotidiana, todo esto le crea también angustias respecto a su pareja. La posición más fácil por su parte, es decir que no pasa nada por no tener hijos, que ya vendrán, que no se angustie.
El varón necesita más tiempo que la mujer para elaborar esta pérdida que vive como no valía, y le cuesta más aceptar la idea de ser padre con gametos donados.
En estas situaciones, la mujer vive una etapa de ambivalencia afectiva, intenta calmarle, estimularle, buscar otros recursos como clínicas más especializadas, que se tome complementos alimenticios que puedan ayudarle, que haga una vida sana y, si él lo rechaza, o no se mueve por sí mismo, con el tiempo la mujer se enfada, aparece la rabia, la culpa por haber esperado tiempo porque él no estaba preparado.
Si la causa de la infertilidad, está en la baja reserva ovárica u otras situaciones orgánicas, como pólipos, endometriosis, ovarios poli quísticos, abortos de repetición, etc.
La mujer enseguida se cuestiona ver cómo se resuelve todo esto, se somete a intervenciones, a realizar mil consultas médicas, endocrino, clínicas de reproducción asistida y a pesar del miedo e incertidumbre que producen los tratamientos, desea sobretodo ser madre con sus genes, antes de someterse a la donación de gametos…
Apoyo psicológico ante la infertilidad
La mayoría de las veces, la demanda de apoyo psicológico la hace la mujer. En ocasiones viene acompañada, casi siempre, porque ella lo pide. Algunos hombres no quieren acudir nunca a la consulta. Actualmente, son más los hombres que acompañan a sus parejas al psicólogo, como lo hacen al resto de consultas y si, esta estadísticamente comprobado que cuando la mujer se siente acompañada, el tratamientos es más sencillo y llevadero.
A las mujeres les cuesta más aceptar que una pareja sin hijos es una familia y los síntomas que más presentan son la obsesión, la ansiedad y la depresión con llanto continuado y escasas fuerzas para seguir con su vida cotidiana.
Infertilidad en parejas que ya han tenido otros hijos
Las parejas que ya tienen hijos anteriores, la frustración es menor. Si tienen mucho deseo de ser padres de nuevo, porque ellos provienen de familias numerosas y lo valoran mucho, y desean que su hijo tenga un hermano, si es hijo único, se plantean otras vías de ser padres como la adopción o en estos momentos, que está más generalizado y la maternidad subrogada va tomando cuerpo, meditan y reflexionan con responsabilidad paterna la manera de ser padres de nuevo.
Muchas parejas optan por estas posibilidades, porque han tenido embarazos de riesgo y no desean volver a pasar por situaciones muy dolorosas y temidas. En la consulta se les hace ver, que si hay diferencia entre ser padres biológicos y padres adoptantes o a través de la maternidad subrogada, pero que la paternidad no significa solo engendrar, que amar y desear un hijo son la base de la función paterna.
María José García Rodríguez, psicóloga en Masquemedicos
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