En la cirugía de nariz, se introducen modificaciones parciales del esqueleto nasal exceptuando el tabique o septum, en cuyo caso se define como rinoplastia, mientras que cuando se corrige además el tabique osteocartilaginoso, se conceptúa como septo-rinoplastia.
Cuando es necesario, modificamos también cornetes o turbinas, con objeto de mejorar el paso de la corriente aérea nasal y por tanto la respiración. Una observación frecuente es la obstrucción alternante de fosa nasal, relacionada con respuestas orgánicas a alérgenos medioambientales e intolerancias nutricionales que existen de forma inadvertida.
Qué se puede mejorar con Rinoplastia – Rinoseptumplastia
Desde una perspectiva funcional, la cirugía permite restablecer una función respiratoria alterada por trastornos originados en tabique, valvas nasales o cornetes, cuyo origen puede remontarse al nacimiento, o ser secundaria a traumatismos sobre nariz.
Por lo que respecta a la cirugía de la apariencia nasal, nuestro objetivo fundamental estriba en conseguir la proporción adecuada al perfil facial con armonía y naturalidad, ajena a diseños artificiales. Se trata por tanto de un proceso muy individualizado. Cualquier motivación debe exponerse con absoluta sinceridad al cirujano plástico.
La edad adulta debe coincidir con un desarrollo emocional estable y expectativas coherentes con el punto de partida, que es la nariz original.
Los resultados esperados y resultados obtenidos
Desde la primera consulta, el cirujano plástico experimentado en cirugía facial, debe ser capaz de transmitir al consultante que ha estudiado con rapidez las proporciones de su cara, y las propuestas que ofrece para una corrección, además con su propio puño y letra debe demostrar aquello que pretende modificar; utilizar programas informáticos puede ser de utilidad pero no es el programa el que va a modificar la nariz de frente, ni el perfil facial, sino la mano del cirujano que ya empieza a intervenir, cuando diseña en la primera consulta, aquello que ofrece conseguir.
Las modificaciones realizadas en esqueleto nasal cartilaginoso y óseo, permiten armonizar las proporciones faciales preexistentes. Con estos gestos podemos eliminar giba del dorso, reducir o proyectar la punta, estrechar base y orificios nasales. También permite agrandar la nariz en modificaciones étnicas, o con intención reparadora en trastornos congénitos como secuelas de labio, paladar y nariz fisurada además de secuelas de accidentes y cirugía oncológica.
Rinoplastia abierta frente a Rinoplastia cerrada
Ambos abordajes tienen sus indicaciones, pero también promotores y detractores. Sin duda alguna el acceso abierto se ha impuesto por facilitar sensiblemente el desarrollo de una intervención, como la rinoplastia, que cualquier cirujano honesto y experimentado reconoce su complejidad. La rinoplastia con centenares de procedimientos descritos durante años, constituye uno de los tres apartados más exigentes en cirugía plástica, como son supra-microcirugía, cirugía de la mano, y el dominio de cirugía plástica nasal estética y reconstructiva, dentro de una especialidad quirúrgica ya de por sí extremadamente compleja.
La técnica cerrada, más limitada en visión, exige del que la realiza, gran conocimiento no sólo del área operatoria, sino también de las modificaciones que se van obteniendo durante el transcurso de la cirugía. De todos modos relegamos los accesos abiertos a pacientes muy concretos que nos llegan con frecuencia, más del veinte por ciento ya fueron intervenidos por otros, rinoplastias secundarias, terciarias, cuaternarias…, donde su complejidad se multiplica.
Desde 1.990 se halla descrita una opción intermedia que permite exponer casi por completo la nariz sin cicatrices en columela es decir sin abrirla, constituyendo una tercera opción. En cualquier caso nuestra especialización en esta cirugía plástica nos permite efectuar técnicas útiles con un extenso conocimiento de los procedimientos, tanto funcionales como morfológicos-estéticos.
Realidades y mitos de la convalecencia postoperatoria
Es frecuente el temor a un resultado innatural. La capacidad del cirujano para hacer realidad las expectativas de resultados del paciente es muy importante, considerando que los tejidos van a responder a las modificaciones realizadas, es aquí donde la prudencia debe anteceder a la audacia del cirujano plástico. La discreción en los resultados de cualquier cirugía plástica debe ser la norma, así cuando el que pretende operar no puede demostrar con casuística y explicaciones razonables todo aquello que afirma en consulta, el consultante debe buscar rápidamente la puerta de salida, antes que sea demasiado tarde; grandilocuencias y promesas, suelen ser fatuas, vacías de contenido pero cargadas de futuras complicaciones. Tanto rinoplastia como rinoseptumplastia, son cirugías de la suficiente importancia como para dedicarles exclusivamente una mañana del tiempo del cirujano, donde no valen nutridos partes de quirófano con multitud de pacientes, otra de las causas de re-operación de la nariz.
También el temor a dolor postoperatorio, sin embargo la práctica totalidad de personas pueden después de la intervención regresar a su domicilio, porque suele existir un excelente control de las molestias considerando que combinamos dos tipos de anestesia, por tanto sin verdadero dolor, circunstancia que facilita la convalecencia.
Férulas y… ¿Taponamientos?
La férula externa actúa estabilizando la nueva forma obtenida a la vez que también protege la pirámide nasal, recordando durante el postoperatorio más reciente que ante la inexistencia de dolor, debe observarse una cierta prudencia. Los materiales empleados actualmente son mucho más llevaderos, transpirables y ultra-ligeros.
Los taponamientos son una cuestión que resolvimos hace ya bastantes años mediante modificaciones en la técnica quirúrgica. Nuestro protocolo de cirugía agrupa sólo técnicas punteras con otras contrastadas por el tiempo, pero que nos aporten siempre confortabilidad al paciente, en caso contrario, como los taponamientos, son pasado, simplemente no los usamos, sólo sirven para molestar a quien es objeto de toda nuestra atención: el paciente. Respirar por la nariz sin tener que abrir la boca, no tiene precio.
Cuándo se consiguen los resultados definitivos
La inflamación más inicial, se resuelve en las primeras semanas de postoperatorio, empleando medios no medicamentosos evitando así sobrecargar con fármacos tanto al hígado como al riñón, permitiendo una convalecencia muy llevadera. Las curas son extremadamente simples con instrucciones concretas por escrito, además este tipo de cirugía permite seguir con diversidad de actividades, exceptuando deportes de equipo y de contacto.
Los resultados obtenidos se van estabilizando a la vez que el revestimiento cutáneo se readapta a la nueva estructura de soporte ósteo-cartilaginoso, así este proceso que es progresivo y cada vez más definitivo se toma algunos meses, especialmente en punta nasal, durante los que tutelamos el seguimiento hasta la recuperación completa.
Rinomodelación. Indicaciones
Es una opción temporal paliativa, para pacientes en espera de ser re-intervernidos (rinoplastia secundaria); en caso de optar por el relleno, los volúmenes inyectados deben ser extremadamente reducidos, incluso de forma secuencial para evitar inyección intravascular, en caso contrario la pérdida del control durante el relleno puede terminar en necrosis cutánea y trombosis circulatoria. Únicamente deben emplearse rellenos con gel de ácido hialurónico, y en algún caso muy seleccionado injertos de tejido adiposo; el resto de materiales de relleno particulados, de larga duración considerados “permanentes”, deben evitarse por producir irregularidades que no podrán corregirse.
La mayor duración oscila alrededor de dos años, después será necesaria corrección quirúrgica, pues en caso contrario re-aparecerá la deformidad original.
Este tipo de “solución” es un mal parcheado para evitar una cirugía, pues dominar la rinoplastia es una super-especialización de Cirugía Plástica que pocos pueden atribuirse, así en el engañoso terreno de la estética, han proliferado desaprensivos que pretenden “remodelar” con rellenos, pero cuando resultan en complicaciones graves como necrosis de piel nasal, incluso trombosis de vasos del ojo a veces con ceguera, terminan en urgencias de un hospital público buscando que “alguien” solucione lo que ya es irreparable.
La nariz únicamente se mejora o modifica con cirugía, esta realidad termina siempre por imponerse, sin embargo muchas personas pierden ilusiones, tiempo y recursos con desaprensivos que realizan la “rinomodelación” o “bioplastia” porque no saben operar.
Dr. Carlos Cuesta Romero. Especialista en Cirugía plastica, estética y reparadora
Dr. Carlos Cuesta Romero en Masquemedicos