La vuelta de las vacaciones, para muchas parejas se convierte en la tumba del amor
En España casi un 40 por ciento de divorcios se solicitan en septiembre y octubre. La convivencia continuada, la relación con la familia del otro, afloran problemas subyacentes.
La falta de educación sexual recibida puede suponer un problema de pareja. Acudir a una terapeuta es un buen inicio cuando hay voluntad de superar el problema o mejorar la relación.
España ocupa el quinto lugar en el mundo por roturas de matrimonios y según el Consejo General de Poder Judicial, en los meses de septiembre y octubre son en los que mayor demanda de divorcios hay. El único dato estacionario que justifica tal hecho es que se produce justamente tras las vacaciones anuales. Inmediatamente surge la pregunta, ¿por qué? Tendríamos que analizar dos aspectos fundamentales para llegar al fondo se la cuestión:
1.El primero sería el sociológico
2.El segundo el psicológico
Realmente es alarmante que el 61 por ciento de los matrimonios en nuestro país se deshagan. Según El Instituto Nacional de Estadística durante 2014 se produjeron 105.893 sentencias de nulidades, separaciones y divorcios, lo que supuso una tasa de 2,3 por cada 1.000 habitantes. De estos procesos, unos 40.000 fueron iniciados tras las vacaciones. Es un 5,4% más que lo que se registró el año anterior. El número de divorcios se incrementó un 5,6%, el de separaciones creció un 2,7% y el de nulidades subió un 2,7%. La mayoría de estas rupturas fue de mutuo acuerdo.
Las vacaciones son un momento importante en las relaciones de pareja y a menudo se transforman en punto de inflexión de unas relaciones. Desde el punto de vista sociológico, por el entorno: no han sido consensuadas, se va con la familia del otro cónyuge o el lugar elegido no es propio para la relajación. Antes de empezar unas vacaciones hay que consensuarlas ya que tienen que ser en cierta medida del gusto de ambos o mediante un proceso rotativo: este año elijo yo, el año que viene, tú o incluso echarlo a suertes.
Pero estos problemas sociológicos son relativamente fáciles de solucionar siempre y cuando no empiecen a interferir en el tema psicológico y emocional, como sería el discutir delante de los familiares, algo superable no repitiendo la experiencia.
Si al volver de las vacaciones se sigue discutiendo, es hora de tomar una decisión. Es totalmente perjudicial para tu salud y para la gente que te rodea estar 24 horas de mal rollo con tu pareja. En estas circunstancias lo más aconsejable es acudir a terapia de pareja aunque los hay más radicales y se dirigen a un abogado en busca del famoso divorcio exprés.
Mi recomendación como terapeuta de pareja es que por lo menos vengan una vez a terapia y aclaren todo lo que tienen en la cabeza y el por qué de haber llegado a esa situación. Mi misión en esos casos es de moderadora y ayudarles a través de un guión a aclarar todo lo que les está sucediendo, sin gritos y con mucho respeto. En la consulta no se toleran comportamientos violentos.
El éxito de una buena terapia de pareja consiste en saber si merece la pena que sigan luchando por su relación o que sencillamente les acompañes a separarse de una manera pacífica. Hay veces que nos aferramos a cosas que no pueden ser y la felicidad de dos personas puede comenzar precisamente con una ruptura amistosa.
Ruth González Ousset. Sexóloga y Terapeuta de pareja
Ruth González Ousset en Masquemedicos