Uno de los problemas de visión más comunes en los niños es la miopía, que además evoluciona durante la adolescencia. Ver borrosas las imágenes lejanas es el principal síntoma de este problema refractivo. El ojo es más largo de lo normal haciendo que la imagen se forme por delante de la retina.
Causas de la miopía en los niños
La aparición de la miopía puede tener diferentes causas:
Causas genéticas
Existe un componente hereditario que genera la miopía. Se ha comprobado que los hijos de padres miopes tiene más probabilidades de padecer de este problema.
Un 60% de los niños con ambos padres miopes, también lo serán.
Causas ambientales
Diversos estudios indica que leer durante mucho tiempo, realizar trabajos a corta distancia, y el uso de dispositivos electrónicos como móviles, ordenadores o tablets, provocan o intensifican la miopía.
Detección de la miopía
Si el niño no ve claramente los números y letras en la pizarra del colegio, se sienta demasiado cerca de la tele o entorna los ojos para poder ver un poco mejor, estos pueden ser síntomas que indiquen un problema de miopía, y es necesario acudir inmediatamente al oftalmólogo.
Además, durante la infancia las revisiones periódicas son muy importantes. Lo recomendable es realizar una revisión antes de los 4 años en los niños que tengan antecedentes genéticos de miopía, y volver a la consulta del oftalmólogo cada 6-12 meses en función de cada caso.
Prevención de la miopía en los niños
Los niños que sufren miopía tienen un riesgo mayor de padecer problemas graves en la visión durante la edad adulta tales como: degeneración macular asociada a la edad, atrofia progresiva de la retina, desprendimiento de retina, etc. Por esta razón es importante prevenir el avance de la miopía en los más pequeños.
Evitar la lectura y la realización de trabajos a corta distancia durante un tiempo prolongado
Para poder ver de cerca, los ojos de una persona miope deben hacer un esfuerzo mayor que los de quienes no tienen miopía.
Según las afirmaciones de algunos expertos, este esfuerzo favorece el crecimiento ocular aumentando en consecuencia las dioptrías.
Pasar más tiempo al aire libre
Un estudio realizado por la Universidad de Cambridge indica que en un niño el riesgo de sufrir miopía se reduce un 2%, por cada hora semanal que este disfruta jugando al aire libre.
Investigaciones recientes indican que los niños y adolescentes que padecen miopía pasan al aire libre aproximadamente 3,7 horas menos que los que nos que no tienen este problema visual.
Es posible que esto se deba a que al estar al aire libre la exposición a la luz natural es mayor y también la oportunidad para que los niños desarrollen la vista a larga distancia.
Además se ha demostrado que durante el verano la progresión de la miopía es 60% menor que en invierno.
Reducir el uso de pantallas
Al utilizar la visión próxima cuando miramos las pantallas del móvil, el ordenador o la tablet, sometemos nuestros ojos a un mayor estrés. Los exponemos a los altos niveles de luz azul-violeta que emiten estos dispositivos.
En los niños este problema es aún más grave, ya que el cristalino de sus ojos es muy transparente, por lo tanto no cumple la función de filtro ante estas emisiones que perjudican la vista, permitiendo que lleguen a la retina en una alta concentración.
Se recomienda alejar la pantalla lo máximo posible, utilizar estos dispositivos con luz natural e intentar usar un tamaño de letra grande.
Acudir al oftalmólogo
Ante cualquier síntoma de dificultad visual en los niños, es imprescindible acudir al oftalmólogo. Aunque es frecuente que el pediatra remita a la óptica en vez de al oftalmólogo.
Es importante vigilar el comportamiento de los niños para detectar posibles problemas visuales y darles el tratamiento adecuado.
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