Este pasado mes de abril algunos periódicos se hacían eco del estudio presentado por psicólogos de la Universidad Autónoma de Barcelona y la Northeastern University de Boston (EE.UU.), publicado en “Journal of Personality and Social Psychology” sobre la influencia de la predicción emocional sobre la otra persona en las percepciones sociales.
Me parece relevante mencionarlo porque este tipo de avances en el ámbito de la psicología social pueden suponer un cambio en el desarrollo de modelos explicativos de la conducta.
En el estudio se menciona que la profesora Lorena Chanes del Departamento de Psicología Clínica y de la Salud de la UAB, y su equipo de investigación han desvinculado el hecho de que caras sonrientes obtengan una mejor consideración y lo afirman debido a que la investigación ha conseguido mostrar que, observando dos expresiones de la misma emoción en un rostro los participantes evaluaban mejor a aquella que se acerca más a su expectativa mental.
Objetivos de la investigación
Uno de los objetivos principales era constatar si el procesamiento predictivo tiene un impacto real sobre cómo entendemos y experimentamos el mundo. Utilizan la orientación de teorías emergentes provenientes de la neurociencia que indican que el cerebro funciona de manera predictiva, con un modelo interno que actualiza constantemente en virtud de la experiencia acumulada, sin esperar a obtener información a través de los sentidos para interpretarla.
Se ha realizado con un total de 270 participantes en seis tipos de investigación con expresiones emocionales relacionadas con la alegría, la tristeza y el miedo.
Cuando hablamos de expectativa mental podríamos entender aquella que se manifiesta ante un individuo que nosotros pensamos que va a ser una persona que se encuentra triste por su fisionomía, y de repente se muestra alegre. Esa incongruencia es la que hace que no se sitúen con buena consideración independientemente de que la emoción final sea alegría.
Dentro del estudio se incluyó una prueba relacionada con los dos últimos candidatos a la presidencia de Estados Unidos. Además de hacer la prueba de los otros experimentos, tuvieron que responder una batería de preguntas sobre Hillary Clinton y Donald Trump. “Los dos candidatos violaban estereotipos sociales y esto podía hacer que fueran juzgados como menos predecibles. Por ejemplo, ella el de género y él el del decoro. Los resultados confirmaron los de los otros experimentos: cuanto más predecible era evaluado el candidato, más confianza tenían en él y les gustaba más”, según Chanes.
Journal of Personality and Social Psychology ® es una revista de personalidad y psicología social que publica artículos originales y busca un enfoque empírico pudiendo incluir artículos especializados teóricos, metodológicos y de revisión.