En los últimos cuarenta años la cirugía de rodilla ha evolucionado considerablemente, con el objetivo de lograr mejorar la calidad de vida de las personas que sufren artrosis, una enfermedad degenerativa de esta articulación.
Actualmente la operación de prótesis de rodilla ha alcanzado estos objetivos, pero en los últimos años han aparecido novedades que facilitan su implantación y promueven la precisión del cirujano:
Reuniones previas a la cirugía
Antes de la intervención se realizan reuniones previas con el paciente para explicarles todo los detalles del proceso, mejorando así la experiencia como paciente y reduciendo la ansiedad ante la cirugía.
Reducción de la necesidad de transfusiones
En los últimos años los avances han permitido reducir al mínimo la necesidad de llevar a cabo transfusiones de sangre después de la intervención para colocar la prótesis de rodilla. Para ello se realiza una donación de la propia sangre del paciente, que se reserva en caso de este la necesite después de la intervención, además la cirugía menos invasiva, y se han logrado grandes avances en las técnicas anestésicas y en la medicación (ácido tranexámico, EPO), etc.
Tratamiento del dolor durante el postoperatorio
Gracias a la analgesia multimodal se consigue una recuperación más rápida y satisfactoria. Progresos como la anestesia espinal, el bloqueo de nervios periféricos, la infiltración de anestesia local durante la intervención o la analgesia controlada por el paciente, permiten reducir notablemente el consumo de opioides perioperatorios.
Alta precoz: Fast Track
Tanto las medidas previas como otros avances en la cirugía de prótesis de rodilla consiguen reducir el tiempo que el paciente debe permanecer en el hospital tras la intervención.
Después de llevar a cabo la operación la movilización del paciente es inmediata. En las primeras 24 horas ya puede sentarse y caminar. El 80% de los pacientes están preparados para volver a su domicilio tras dos o tres noches en el hospital.
Técnicas quirúrgicas de mínima invasión
Los avances en las técnicas de intervención han permitido reducir de forma progresiva el tamaño de la incisión requerida para la implantación de la prótesis de rodilla. Sin embargo, es necesario analizar cada caso, ya que no todos los pacientes son aptos para una cirugía mínimamente invasiva.
Cirugía Robótica y Navegación
La cirugía robótica y la navegación han supuesto grandes avances en la precisión para realizar el implante de una prótesis de rodilla. La robótica ha permitido el uso de un brazo mecanizado para implantar la prótesis, mientras que gracias a la navegación permite al cirujano orientarse durante la intervención, como si se tratara de un GPS.
Impresión 3D
Esta tecnología ayuda a mejorar la intervención. Antes de llevar a cabo la cirugía, se realiza un molde en 3D de la rodilla, mediante radiografías y estudio con TAC. En base a este molde se diseñan las guías de corte que se utilizarán única y específicamente para ese paciente. Podemos compararlo con el patrón que hace un sastre para elaborar un traje a medida.
Prótesis de rodilla a medida
Así como la tecnología 3D permite diseñar guías o instrumentales para la cirugía, también posibilita el diseño de la propia prótesis de rodilla. Aún se está estudiando la efectividad real de esta técnica en los que a mejorar los resultados de la intervención se refiere.
Una variante intermedia de las prótesis a medida podrían ser las prótesis específicas para género, ya que existen casos en los que la anatomía de la rodilla de la mujer y el hombre pueden variar.
Nuevos materiales
El material para elaborar las prótesis de rodilla debe ser resistente, y permitir una duración lo más larga posible. Además, es imprescindible que sea biocompatible permitiendo su integración con el hueso del paciente.
Los avances en biomateriales que se han logrado en los últimos años, tales como aleaciones de titanio, tantalio y oxinium, permiten acercase a ese objetivo en la cirugía de prótesis de rodilla.
El futuro de la cirugía de prótesis de rodilla
En el futuro el objetivo es mejorar todo el proceso, no solo la intervención. Los avances realizados deberían permitir mejorar la congruencia de la prótesis con la anatomía del paciente, así como la movilidad de la articulación después de realizar la intervención, y por supuesto aumentar la duración de la prótesis, disminuyendo su desgaste con el paso del tiempo.
En una época en la que la ortobiología (tratamientos con células madre, tratamiento de lesiones del cartílago de la rodilla…) está en desarrollo, es posible que en un futuro se logre evitar esta operación a un determinado grupo de pacientes.
David Saez Martínez, Traumatólogo especialista en Cirugía Reconstructiva Compleja de Cadera y Rodilla