Como seres sociales que somos, tenemos en nuestra conciencia que la interacción con los demás es prioritaria en la mayoría de los contextos y por ello muchos de nosotros destacamos como competencias personales, la realización de una buena comunicación en el trabajo en grupo. Hoy en día se mencionan en muchas formaciones, qué cualidades debe tener un buen comunicador a nivel grupal, pero no se incide tanto que aspectos impiden un buen trabajo grupal.
Qué debemos evitar para favorecer la comunicación en el grupo
A continuación señalo algunos indicadores a evitar, por ser generadores de bloqueos entre los miembros. Estas características pueden ser extrapolables a la convivencia puesto que los miembros adultos de una familia también forman un equipo.
- La existencia de objetivos diferentes. Si cada uno de los miembros rema para un lado distinto será muy difícil que se favorezca un campo de trabajo grupal adecuado.
- No funciones determinadas. Aunque tengamos un objetivo en común, si no se han determinado las tareas que vamos a realizar cada uno al final se generarán tensiones.
- Falta de aceptación del rol o incumplimiento de tarea. Si todo viene impuesto por los demás tarde o temprano surgirán problemas o no se cumplirá. Lo ideal es hablar, pactar y asegurarse que todo el mundo tiene el compromiso de llevar sus tareas a cabo.
- Estilo de comunicación negativo. Si la comunicación verbal y/o no verbal está deteriorada, el funcionamiento del grupo se verá perjudicado por mucho que haya tareas repartidas y tengamos una meta en común.
- Presentar un estilo competitivo. La clave está en un modelo de cooperación, si los miembros de un grupo se mueven por destacar y competir por lograr los mejores resultados o los miembros de una pareja se centran en mostrar su orgullo y demostrar quién tiene la razón, no habrá un trabajo grupal de calidad.
- Sentimiento de pertenencias. Un equipo no es un conjunto de personas haciendo algo, sino que necesitan sentirse parte de algo para poder poner su granito de área, ajustar su concentración y sus esfuerzos para que las tareas salgan adelante. Sin esa visión más emocional, la parte motivacional y el sentimiento de equipo no existirá.
- Compartir creencias. Los valores de cada uno y el conjunto de creencias determinan en muchas ocasiones la meta por eso que el grupo tenga un formato similar beneficia el grado de colaboración entre los miembros.
Tomar conciencia de que aportamos cada uno de nosotros en los grupos a los que pertenecemos es un primer paso para intentar mejorar la comunicación y fomentar un cambio de conducta si esto es lo que nos gustaría.
El apoyo de un Coach puede ser de gran ayuda en la mejora de la comunicación en los grupos. En Masquemedicos contamos con un extenso listado de expertos en Coaching en Madrid, Barcelona, Valencia y todas las localidades de nuestro país.