Cuando Pepe Múgica lanzaba el reto de aprender a ser felices con poco, planteaba uno de los problemas más importantes para la psicología, para la ecología y para el mundo. La transformación de la sociedad para poner el bienestar humano y la felicidad por delante de todo.
Martin Seligman, padre de la psicología positiva, tras estudiar la felicidad en diferentes culturas y épocas propuso también una serie de aspectos a tener en cuenta si se desea ser feliz. Me apoyo en ellos para transformar esta “nueva normalidad” en la que nos ha tocado vivir en una oportunidad para repensar la vida y la felicidad, y no sólo para resistir.
7 aspectos para repensar la felicidad
El primer aspecto de la felicidad es la SALUD, la ausencia de dolor o enfermedad y tener cubiertas las necesidades básicas. El cuerpo es el soporte de la persona y experimentarlo sano y fiable es la base del bienestar. Alimentación sana y ejercicios habituales, añadiría yo, facilitan el bienestar en un espacio reducido.
En segundo lugar, LIBERTAD. La libertad tiene una dimensión espacial, no disponible ahora y otra temporal. Tener tiempo para uso personal es una forma de libertad. Antes se disponía de mucho espacio pero poco tiempo para disfrutarlo. Ahora toca recuperar el tiempo y disfrutar con la lentitud del mágico universo de los detalles.
En tercer lugar, Seligman habla de EMOCIÓN POSITIVA. cuidar, proteger y potenciar las emociones positivas de disfrute, alegría, curiosidad, orgullo personal, ilusión, etc. Cuando se dispone de tiempo se puede observar también todo ese mundo interno y cultivarlo.
En cuarto lugar, LA ENTREGA. Vivir en el momento presente y fluir intensamente con lo que ocurre, sin desear otra cosa, sin comparar, sin añorar, sin criticar, sin angustia. Una entrega auténtica de toda tu persona a la situación, fregando platos, jugado ajedrez, conversando o pintando,.
En quinto lugar, SENTIDO. Como ocurre con los monjes y ascetas de todas las religiones y culturas, y ahora con el personal sanitario, que soporta cargas enormes de trabajo. Tener un sentido, un estar al servicio de un ideal, algo que se considera superior a uno mismo. Si tienes un por qué puedes soportar cualquier cómo.
LOGROS, estaría en sexto lugar, la victoria o superación de tus retos, el éxito en las tareas emprendidas. Hay logros personales como conseguir hacer ejercicio o empezar a leer si nunca antes lo hiciste. Domésticos, como hacer una buena cena o profesionales, como vender más coches o llegar a ser director de la oficina.
Y finalmente, las RELACIONES. Como él mismo dice: “Los demás son el mejor antídoto contra los momentos difíciles de la vida y la forma más fiable para animarse” Para ello deben ser constructivas y de consideración mutua.
Recapitulando. Cuidar la calidad de las emociones, entregarse honestamente al momento y fluir, tener una ilusión trascendente, un sentido para el día a día. Conseguir metas, superar retos personales y disfrutar de las relaciones y de las particularidades de los demás. Conjugar todo esto, podría ser una buena guía para alcanzar una experiencia de Felicidad en estos momentos de miedo y tristeza.
José Oriol Rojas Martín, Psicólogo
José Oriol Rojas Martín, Psicólogo en Masquemedicos
Ver comentarios (1)
Estoy en desacuerdo con parte de lo que se dice. Por experiencia propia sé que la felicidad no tiene nada que ver con el dolor ni con su ausencia. Tampoco tiene nada que ver con el bienestar material.
Sí es cierto que para ser felices hay que cuidar nuestra salud, pero si no puedes tener salud aunque te cuides, por el motivo que sea, da lo mismo porque puedes ser feliz igual.
La felicidad es paz mental, y sólo se consigue si haces el bien, por rico o pobre que seas, y tengas o no salud. Tampoco tiene que ver con estar contentos o tristes. Es posible estar triste y dolorido, pero disfrutar de paz mental al mismo tiempo.
La felicidad tampoco depende mucho de nuestro entorno. El entorno puede predisponer, pero el éxito en tu vida sólo depende de ti, y la felicidad es el mayor éxito posible; el único importante, realmente.
Observad vuestra propia felicidad, vuestra propia paz mental. Si no la consideráis suficiente necesitáis descubrir en qué os estáis equivocando y cambiarlo.
Os puedo asegurar que en este momento me siento feliz, a pesar de que estoy bajo el síndrome de abstinencia de un antidepresivo que estoy dejando. La abstinencia me lo pone más difícil, pero mi éxito no depende de ella tampoco, sigue dependiendo sólo de mí. La abstinencia me causa dolor, pero no me obliga a adoptar una mala actitud ante el dolor. Es sólo una oportunidad de perfeccionarme.