El trastorno por estrés postraumático pueden sufrirlo las personas que han vivido o han presenciado una situación altamente traumática en la que peligra la vida de personas, tales como secuestro, violación, atentado, accidente, etc.
Los afectados por este trastorno sufren los llamados flashbacks, es decir, las imágenes de lo ocurrido vuelven a reexperimentarse una y otra vez, a pesar de que haya pasado mucho tiempo desde ese suceso. Lo ven en su mente con todo detalle, experimentando las consiguientes reacciones de ansiedad, miedo intenso, falta de control, preocupación, alta activación fisiológica, evitación de situaciones relacionadas, etc.
Flashbacks. Revivir las imágenes de un suceso traumático
La persona que lo sufre le da una gran importancia a estas imágenes que se repiten en su mente, y a la ansiedad y angustia que causan. Comienzan a desarrollarse pensamientos relacionados con el hecho traumático y las consecuencias de este.
Estos pensamientos logran generar en el paciente más estrés, más inseguridad y más ansiedad. Perciben el mundo como un gran peligro, comienzan a perder la sensación de control sobre su seguridad.
Recuerdan muchos detalles de la vivencia que han experimentado, o experimentan nuevamente las sensaciones que tuvieron en ese momento, con una gran viveza e intensidad, y de manera recurrente.
Estos flashbacks comienzan a generar sentimiento de culpa, por lo que se hizo o lo que no se hizo en ese momento, porque siente que no estuvo a la altura de la situación… Se manifiestan una serie de motivos poco realistas e irracionales.
Los sentimientos de impotencia, indefensión, ira, hostilidad, rabia e incluso imágenes de agresión en contra de aquello que ha causado el daño, también son frecuentes.
Se produce así un estado emocional en el que predomina la ansiedad, la culpa, la ira, la vergüenza y la tristeza. Produciendo en la persona un intenso malestar psicológico y conductas que le dificultan readaptarse a la vida cotidiana.
Sin embargo es muy común que las personas que sufren estrés postraumático y manifiestan este estado emocional, no puedan o no quieran expresar sus emociones.
Incluso algunas personas tienen también dificultad para experimentar estas emociones, que dicen que deberían estar manifestando, como lo hacen otras personas a su alrededor que también han vivido una situación traumática.
El apoyo social de las personas que le rodean, es indispensable para quienes sufren este trastorno. Necesitan que la comunicación con su entorno fluya nuevamente, que hablen sobre sus pensamientos y sentimientos, sobre las imágenes que se repiten en su mente, es importante reelaborar todo ese material. En la medida en que esto se haga de forma correcta o no, se presentará la gravedad de los síntomas después del trauma.
Intervención psicológica en víctimas de hechos traumáticos
Una intervención temprana en las personas que han vivido o presenciado situaciones altamente traumáticas, así como en las personas afectadas por este trastorno (cuidadores, familiares, vecinos, personas que observaron la situación), es eficaz y previene futuros problemas derivados.
Esta intervención consiste en:
- Informar sobre las reacciones psicológicas que surgen a partir del momento traumático, así como los síntomas que se manifiestan.
- Entrenar técnicas de relajación y respiración.
- Exposición de la persona afectada a los recuerdos de lo vivido.
- Exposición real a las situaciones que evitan y no suponen un riesgo.
Es importante solicitar el apoyo de un psicólogo especializado en este tipo de trastornos, tras vivir una situación que puede provocar un trauma en la persona, con el fin de conseguir superarlo y recuperar el control sobre los pensamientos y emociones, mejorando así la calidad de vida de la víctima.
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