Unos hábitos de estudio correctamente desarrollados son la base para el éxito en el rendimiento académico y en el mundo laboral posterior. Por ello, al alumno debemos adiestrarle en el desarrollo de unos hábitos de trabajo que sean correctos y eficaces para evitar el fracaso en sus estudios. La aplicación del método debe ser progresiva y flexible, y sobre todo constante y firme, siempre teniendo en cuenta las necesidades de cada uno.
Los hábitos de estudio más adecuados que debe aplicar un estudiante son los siguientes:
- Estudia en un ambiente tranquilo, cómodo, con luz adecuada y con una correcta ventilación.
- Estudia en las horas que te encuentres más descansado.
- Confecciona un horario de estudio, incluyendo pequeños períodos de descanso.
- Prepara y organiza todo el material antes de empezar a estudiar y no tengas nada al alcance que te pueda distraer (móvil, ordenador, tv, iPad…)
- Ponte a estudiar con firmeza: “sin darle vueltas”
- Cuando estudies lee detenidamente haciendo pausas para comprender bien el temario, distingue los puntos más importantes del tema, y relee aquello que no te ha quedado claro.
- Busca en el diccionario los conceptos que desconozcas y no olvides de ojear la “letra pequeña” o los gráficos ya que te pueden aclarar algún detalle importante.
- Subraya las ideas principales, haz esquemas, resúmenes… para comprender el tema antes de memorizarlo.
- Una vez comprendido el temario, repítelo de forma oral y escrita hasta aprenderlo.
- Mantén una alimentación adecuada y saludable y duerme 8 horas al día.
- Presta atención en clase, participa en las actividades, y toma apuntes de las explicaciones.
- Pregunta al profesor cuando tengas dudas.
- En los exámenes, lee las preguntas y piensa tus respuestas antes de empezar a escribir.
- Si te atascas en alguna pregunta de un examen, pasa a la siguiente y retómala más tarde para evitar “bloqueos”.
- Repasa el examen antes de entregarlo.
Adoptar estos hábitos de estudio no solo favorece un buen rendimiento académico, sino que también sienta las bases para desarrollar habilidades clave como la disciplina, la organización y la gestión del tiempo, que serán valiosas a lo largo de toda la vida. Si bien cada estudiante es único y puede necesitar ajustes en su rutina, la constancia y la adaptabilidad son factores esenciales para alcanzar el éxito.
Recuerda que el proceso de aprendizaje es un camino continuo en el que cada pequeño esfuerzo cuenta. Con el compromiso adecuado y la aplicación de estas estrategias, cualquier estudiante puede mejorar su rendimiento y, lo más importante, disfrutar del proceso de aprender y crecer. ¡Tu éxito está en tus manos!
Sonia Cuenca Picó, psicóloga en Masquemedicos