El deporte es un hábito muy saludable, y una de las actividades más populares es correr. Jogging o footing hacían referencia hace unos años a la acción de correr sin prisas, en la actualidad es término de moda es runnning, que se refiere a realizar este ejercicio con una mayor intensidad. Esta actividad ha experimentado un auténtico boom en los últimos años, y es conveniente antes de lanzarse a salir a correr, someterse a un chequeo médico deportivo, para hacerlo con una garantía y sin riesgos para la salud.
En el centro médico donde se realice dicho chequeo, se debe ofrecer al paciente toda la información sobre los riesgos cardiovasculares del corredor, analizar el estado de su sistema locomotor y realizar una evaluación detallada sobre su aptitud y preparación para correr regularmente con toda seguridad. En este sentido el Dr. Miguel Santiago, especialista en Medicina Deportiva en HM Hospitales recalca la importancia de llevar a cabo las pruebas mínimas, ya que de no someterse a estas pueden aparecer problemas ocultos de tipo cardíaco, metabólico o endocrino
Para saber si nos encontramos en la condiciones óptimas para comenzar a correr regularmente o no, es imprescindible acudir al médico para un revisión. En algunos casos los problemas detectados pueden corregirse, pero en otros lo recomendable es cambiar el tipo de actividad deportiva, en favor de la seguridad del paciente. Por supuesto, manteniendo una regularidad, alternar la carrera con ejercicios de tonificación es una buena opción. Si es posible contar con la ayuda de un profesional para planificar un entrenamiento personalizado, mucho mejor.
Beneficios del running y riesgos para la salud
Correr aporta grandes beneficios para la salud cardiovascular, respiratoria y muscular, la actividad permite que el cuerpo funcione mejor. Además de mejorar la autoestima y las relaciones con otras personas, facilitando la integración.
Sin embargo no hay que olvidar que esta actividad puede tener algunos riesgos como los vinculados al sistema locomotor. Sabemos que correr favorece el riesgo de sufrir lesiones. La persona que decide practicar este deporte asume que unos días le dolerá la rodilla y otros el tobillo. Es importante llevar al mínimo esos riesgos, después de un período largo de sedentarismo, es conveniente comenzar poco a poco, estableciendo unos objetivos mínimos, hasta que el cuerpo se habitúe de nuevo al ejercicio.
También existen riesgos cardiorrespiratorios. Aunque no son numerosos, se han presentado casos de muerte súbita en el transcurso de una carrera. En algunos países, por ejemplo en Estados Unidos, se recomienda hacer una prueba de esfuerzo a cualquier persona mayor de 35 años que desee comenzar a practicar un deporte.
Es muy importante elegir bien el momento en el que se sale a correr, así como la indumentaria adecuadas. Si las condiciones ambientales lo requieran se deberá modificar la planificación, por ejemplo en los días de calor intenso.
Actividades deportivas ajustadas a cada condición
Correr es considerado tendencia, pero probablemente no sea el deporte que mejor se adapta a todas las personas. Estar preparados para andar, no quiere decir que estemos en condiciones para correr. Si la persona padece un alto nivel de sobrepeso existen otras opciones mejores como caminar, ir al gimnasio, nadar o hacer otra actividad hasta conseguir perder el exceso de peso. Esta bien plantearnos retos que podamos hacer, pero asumir retos imposibles es una osadía.
Cuando se trata de una persona joven, el organismo responde mejor, pero cuando avanza la edad y existe además un período de desadaptación de la estructura muscular,es necesario más tiempo para que el organismo se adapte.
La seguridad del deportista es importante. Es necesario informarse correctamente y realizar una visita al médico para recibir las instrucciones adecuadas en cada caso, valorando el estado físico, especialmente si se lleva tiempo sin hacer ejercicio.