Hablamos de juego simbólico cuando los tipos de juegos que son utilizados tienen un significado añadido al literal, transformándose en la mayoría de ocasiones en elementos o contextos que no están presentes.
Las habilidades de juego simbólico, en las que el lenguaje ocupa un papel de primer orden, se desarrollan sobre todo a través de situaciones lúdicas. El juego de imitación de papeles, juego protagonizado o juego simbólico conforman una parte importante del desarrollo cultural del niño. Se trata de una actividad social por excelencia, y constituye un microcosmos en el que están claramente reflejadas las características del pensamiento y la emocionalidad infantiles.
Diferentes investigaciones y estudios (Spitzer, 2005; Blakemore y Frith, 2007; Doidge, 2008) han puesto de relieve algo que ya se sospechaba desde hace bastante tiempo en relación con el crecimiento y desarrollo del cerebro humano, determinaron que un cerebro privado de un ambiente estimulante sufre, y que los niños que no juegan mucho o reciben pocas caricias desarrollan cerebros entre un 20% y un 30% más pequeños de lo normal para su edad.
Además, los neurocientíficos afirman que las emociones condicionan en alto grado el desarrollo de la motivación y que la motivación es, por antonomasia, el elemento impulsor de nuestra conducta (Flórez, 1996; Mora, 2001).
Etapas del juego simbólico
El inicio del juego simbólico se produce en edades tempranas hacía el segundo año de vida. Algunos investigadores como Aucouturier dividen el juego en tres etapas:
- Juego sensoriomotriz (o de ejercicio), es el primero en aparecer (0 a 2 años). Este juego lleva a la asimilación funcional. (Piaget; estadio sensoriomotor).
- Juego simbólico (2 a 7 años) surge junto al lenguaje y el niño/a empieza a representar estructuras y formas ausentes, transforma la realidad y le da vida a los objetos. (Piaget; estadio preoperacional y operaciones concretas).
- Juego cognitivo (7 a 12 años), se establecen las relaciones sociales e inter-individuales.
Existen muchos estudios que además de la importancia del juego en sí, nos hablan de la importancia del juguete seleccionado ,siendo relevantes en el incremento de competencias como la creatividad aquellos juegos de formatos no estructurados.
En una realidad envuelta en tecnología seguir valorando esos momentos de juego donde el niño crea espacios protegidos y donde su mente vuela y no existan las reglas es fundamental.
Si necesitas más orientación sobre este tema, y cómo favorecer el desarrollo de los niños mediante el juego, puedes acudir a un especialista en psicología infantil.
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