Las revisiones ginecológicas a partir de los 40 no tienden a ser diferentes ni menos importantes que las revisiones experimentadas a menor edad. Toda revisión ginecológica, independientemente de la edad de la mujer, suele suponer:
- Entrevista con el ginecólogo.
- Exploración ginecológica y mamaria habitual, con las pautas necesarias para que la paciente aprenda a autoexaminarse las mamas.
- Análisis de células vaginales (citología).
- Resolución de posibles dudas sobre enfermedades sexuales o métodos anticonceptivos.
Sin embargo, a partir de los 40 años, si hay una parte del cuerpo de la mujer que se vuelve más delicada y requiere de especial atención y cuidado. Nos referimos a las mamas.
Desgraciadamente, cada vez se escuchan más casos de cáncer de mama o tumores malignos en los medios de comunicación, en nuestro entorno, entre amigos…, y todos somos conscientes de la importancia de detectar dicha enfermedad a tiempo. La ciencia ha experimentado un gran avance en este sentido, permitiendo localizar de manera precoz los síntomas que pueden generar un cáncer de mama. Esto es vital para intentar destruirlo antes de que se extienda, y aplicar un tratamiento menos dañino para la paciente.
Revisiones ginecológicas y mamografía
Las mujeres no terminan de tener claro a qué edad deben realizarse su primera mamografía. El equipo médico del Instituto de Medicina EGR considera que la primera mamografía, acompañada de la ecografía correspondiente, debe hacerse entre los 35 y los 40 años. Siendo obligatorio realizar estas pruebas de forma anual pasados los 40. Aunque es importante destacar que en función de la situación o del historial de la paciente, el especialista podrá solicitar la realización o repetición de pruebas de manera periódica.
Ecografía de mama: es una prueba de detección de quistes, nódulos, etc., gracias a la utilización de ultrasonidos no dañinos. Su procedimiento es similar al que siguen las embarazadas para el seguimiento del feto. La ecografía de mama es un complemento de la mamografía.
Mamografía: la mamografía va un paso más allá, siendo capaz de detectar tumores de menos de 1 cm. Utiliza una radiación mínima para explorar las mamas. Es la prueba más fiable y utilizada para detectar y prevenir el cáncer de mama.
Existe un miedo generalizado, entre mujeres, al dolor que supone el sometimiento a esta prueba. Lo cierto es que la mamografía somete la mama a un poco de presión mientras se coloca entre una placa de rayos X y el compresor. El dolor, soportable, sólo es provocado por esa presión en la mama.
En cualquier caso, se quiere hacer hincapié en la importancia de acudir, especialmente pasados los 40, a las revisiones ginecológicas anuales y necesarias para detectar lo más precozmente posible cualquier tipo de patología que pueda presentarse.
Dra. Esmeralda de Lorenzo, Unidad Patología Mamaria. Instituto de Medicina EGR. Ginecología y Obstetricia Madrid
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