Los vuelos de largo recorrido, cada vez más frecuentes en nuestros días, bien por temas laborales, bien derivados de los movimientos de personas entre diferentes lugares del planeta, cada vez son más frecuentes, dando lugar a un nuevo problema para nuestro organismo, el jet lag. Los síntomas son diversos, como por ejemplo el mayor cansancio y falta de energía, los trastornos del sueño, la falta de capacidad para concentrarse, y más torpeza e irascibilidad, entre los más destacados. También pueden darse trastornos intestinales, problemas digestivos o de falta de ganas de comer.
¿Por qué se produce el jet lag?
El jet lag se produce por la descompensación horaria que se da al pasar de una parte del planeta a otra con horarios diferentes. Nuestro cuerpo tiene un reloj biológico, que es el que nos indica cuando dormir y cuando estar activos, y que es regulado por la luz solar. Cuando viajamos a un lugar con diferencia horaria, ese reloj, durante unos días, todavía no estará resincronizado, con las nuevas horas de sol, produciéndose las molestias a las que nos hemos referido previamente.
¿Cómo lo prevenimos o evitamos?
Aunque no hay un tratamiento específico, existen algunas recomendaciones que nos pueden ayudar a prevenir el jet lag y hacerlo lo menos molesto posible, entre ellas:
- Preparación del viaje con tiempo, para no tener agobios de última hora y llegar descansado al vuelo, permitiendo que el mismo sea más placentero.
- Comer durante el vuelo frutas que contengan fibra, tomar abundante agua o líquidos, jugos, etc. evitando el alcohol, en la medida de lo posible y también la cafeína, aunque en ambos casos, el efecto dependerá de los hábitos de la persona.
- Los paseos por el avión son importantes, ayudando además a evitar la trombosis venosa, que se puede producir al no caminar durante muchas horas.
- Al llegar a destino se recomienda descansar, ducharse, tomar líquidos, no bebidas alcohólicas.
La melatonina también se está empezando a considerar, por sus efectos para reducir el jet lag, aunque los resultados de las investigaciones no son totalmente concluyentes, en este sentido y se recomienda la consulta con el especialista.