Este viernes de película, en el que continuamos avanzando en la rutina, os dejamos como recomendación un film con tinte clásico americano pero de envoltorio británico, sin grandes pretensiones pero buen entretenimiento.
La Gran Mentira interpretada por un elenco también con garantías como Helen Mirren, Ian McKellen, Russell Tovey, Jim Carter, Mark Lewis Jones, Jóhannes Haukur Jóhanness y dirigida por Bill Condon, conocido por una trayectoria más juvenil como la Saga Crepúsculo y la reciente versión del clásico renovado La Bella y la bestia, se estrenó en 2019.
Sinopsis. La gran mentira
La película es una adaptación del bestseller escrito por Nicholas Searle y nos cuenta la historia del estafador profesional Roy Courtnay (Ian McKellen), que apenas puede creer su suerte cuando conoce a la viuda adinerada Betty McLeish (Helen Mirren), a la que decide unirse para disfrutar de su patrimonio. Hasta aquí podemos pensar en el guión de una comedia romántica de aplicaciones de pareja para la edad senior. Pero Betty poco a poco va tejiendo un vínculo, abriéndole su hogar hasta que ve que la situación está tranquila y saca sus cartas, o eso parece.
Este tipo de películas me parece interesante porque mantiene a flote un género de suspense clásico que no llega a thriller porque su dinámica es más lenta, con menos violencia de lo que estamos acostumbrados, con actores que a pesar de no tener un guión brillante depuran su actuación para hacerla creíble, acompañados de buen vestuario y música acorde.
A nivel psicológico nunca nos quitaremos de encima el tópico de que las apariencias engañan, y puede parecer que cada vez estamos más informados, asesorados y protegidos, pero la realidad es que a la hora de conocer personas, la digitalización permite más disfraces que ninguna herramienta hasta la fecha ha podido ofrecer a aquellos que buscan engañar y convencer, y lo peor de todo, no se plantean un hurto sino meterse en tu vida y cuando pertenecen a ella sacar el mayor rédito posible.
Esperamos que disfrutéis con esta película para empezar un fin de semana en el que tenemos que cuidarnos pero también disfrutar en la medida de lo posible del nuevo camino.