En este viernes de cine nos vamos directamente al terror psicológico. A una de las novedades que más han triunfado estos últimos meses en la plataforma digital Netflix. Mi recomendación es para la serie La maldición de Hill House.
Uno de los aspectos que me han interesado de esta serie, es que nos introducen en una historia de terror y miedo sin la utilización de ciertos clichés que se venían utilizando en el género, como la niña que corretea por el techo, la sangre o vísceras o la persecución de un asesino en una casa de vacaciones. En este caso se utilizan conceptos como el suicidio, las tensiones del pasado, los juegos mentales y los personajes atormentados.
El guión se basa en una novela de la fantástica escritora del género gótico Shirley Jackson, que también fue utilizada en la película La Guarida que tuvo mucho éxito protagonizada por Liam Neesom en 1999.
La maldición de Hill House. Sinopsis.
La familia Crain se asienta con sus cinco hijos en una enorme mansión llamada Hill House, el objetivo es que el matrimonio, que tiene conocimientos en el sector de la arquitectura y la decoración, restaure la casa para poder venderla a otros compradores. La idea es estar allí unas semanas pero el proyecto comienza a complicarse y las situaciones extrañas y perturbadoras comienzan a suceder a la par.
La serie consta de 10 capítulos, requiere estar atento sobre todo los primeros capítulos para hilar bien quien es quien, y su desarrollo desde la edad infantil a su momento de adulto, y puedo decir que no es de las que tiene un final previsible desde el principio, por lo que el thriller y el suspense se mantienen hasta el final.
El tipo de elementos de terror me han recordado mucho a la serie American Horror Story, sobre todo en la primera temporada que también se utiliza la casa como escenario de situaciones rocambolescas, juegos mentales y personajes perturbados.
A nivel psicológico también nos permite observar las relaciones familiares que se pueden constituir en la edad adulta tras la sucesión de situaciones traumáticas en la infancia. Como se gestan roles, como la incomunicación deja heridas en el apego que pueden observarse en forma de adicciones o de conductas controladoras y/o obsesivas. Solo el trabajo interno en todos esos aspectos que quedan sueltos permitirá un descanso psicológico.
Si este puente no tienes planes y te apetece descansar delante de un buen thriller te sugiero que no te la pierdas y después nos des tu opinión.
Buen viernes de cine.