El lunes 18 de junio la Organización Mundial de la Salud presentó una nueva entrega del libro de Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) el cual incluye como novedad la inclusión en la lista de la adicción a los videojuegos.
Esta actualización se realiza tras 11 años de trabajo entre miembros de la organización y datos que proporcionaron expertos y personal médico de distintos países europeos.
Este manual suma como herramienta diagnóstica para todos los profesionales del ámbito clínico similar al DSM, Manual diagnóstico presentado por la APA, Asociación Americana de Psiquiatría.
Desacuerdo entre los profesionales sobre esta clasificación
No todos los profesionales están de acuerdo con la inclusión de las conductas relacionadas con los videojuegos en el manual.
Características del desorden de juego
El Dr. Vladimir Poznyak, miembro del Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la OMS, que propuso el nuevo diagnóstico al organismo, señala como referencia para el diagnóstico la tres características principales de diagnóstico o características del desorden de juego: prioridad principal del juego por encima de otras acciones, patrón persistente de esa conducta aunque haya consecuencias negativas, deterioro del funcionamiento familiar, social, educativo o laboral. La temporalidad a tener en cuenta el diagnóstico será de doce meses.
Estas pautas siguen la línea de los diagnósticos constituidos para el abuso de sustancias o de la ludopatía.
El abuso de los videojuegos puede ser una conducta secundaria a otros diagnósticos
Anthony Bean, psicólogo licenciado y director ejecutivo de The Telos Project, una clínica de salud mental sin fines de lucro en Fort Worth, Texas, se opone considerando que no hay datos exhaustivos sobre este tipo de conductas siendo precipitado para él la inclusión de esta tipología de adicciones en la clasificación.
Considera también que el abuso de los videojuegos muchas veces se encuentra como conducta secundaria a otros diagnósticos como el de ansiedad, depresión o conductas antisociales. Existen investigaciones donde se ha observado que eliminando síntomas de ansiedad se reduce el uso de videojuegos.
Seremos los profesionales los encargados de realizar una adecuada historia clínica y un uso adecuado de las pruebas estandarizadas para poder revisar los manuales y realizar diagnósticos ajustados al individuo y sus circunstancias.
Otra de las novedades importantes recogidas en el documento es la salida de la Transexualidad como patología mental. Un hecho recibido con gran acogida por los colectivos LGTBI que llevaban tiempo solicitándolo. No hay evidencias de que personas con un desorden en la identidad de género tenga por que sufrir algún diagnóstico de enfermedad mental.