La estabilidad en la pareja es algo difícil de conseguir hoy en día. Vivimos en la sociedad del cambio, algo que percibimos especialmente en el mundo laboral. Los sucesivos cambios de puesto, de empresa, de sector, incluso de ciudad y de país son algo que está a la orden del día. Cada cambio implica una adaptación a algo diferente y una cierta ruptura con algo previo.
Ocurre que algunos cambios no son siempre deseados o a mejor: salarios ajustados, horarios exigentes y desplazamientos “forzados” son algo de nuestro cotidiano laboral. Estos implican un deterioro en nuestra calidad de vida, algo que inevitablemente afecta a nuestras relaciones.
Para una persona, para una pareja y para una familia el aporte salarial, la disponibilidad de tiempo y de una cierta estabilidad permite construir en el presente y proyectar hacia el futuro individual y conjuntamente. Sin embargo, hoy en día tanto el tiempo como la solvencia económica escasean. Esta carencia es un límite claro a nuestra capacidad de construir y crecer tanto personalmente como en relación.
Nuevos modelos de pareja
Ante esta agitación social, las parejas apareces como refugio ante las inseguridades de la vida. Sin embargo, hemos de añadir que la pareja como institución también está en crisis. Actualmente asistimos al derrumbe de la familia tradicional.
La aparición de otros modelos de vida en pareja nos ha posibilitado una mayor libertad, una ampliación de las oportunidades y de los tipos de pareja. Sucede aún así que las separaciones y los divorcios continúan siendo igual de devastadores. Las infidelidades, las diferencias y rupturas probablemente no son un signo de desinterés en la relación de pareja sino más bien una consecuencia de la gran incertidumbre que sostenemos hoy en día.
Parece que la relación de pareja se inscribe como ese lugar de seguridad, de acogimiento y realización. La pareja aparece en nuestro imaginario como un espacio de acogimiento y confirmación de la persona, de nuestra intimidad personal y de nuestros proyectos vitales frente a un mundo en constante cambio. Quizá las relaciones de pareja nos interesan más que nunca pero las necesidades y expectativas que ha de satisfacer, son tan altas que no hacen más que aumentar la presión en el día a día y por lo tanto el riesgo de decepción, conflicto y ruptura.
La terapia individual y de pareja ofrece la oportunidad de abordar la complejidad de conflictos, de crisis. Nos brinda la oportunidad de aprender sobre las relaciones afectivas y sobre nosotros mismos. La terapia nos ofrece la posibilidad de, ante las dificultades, recuperar la capacidad de encontrar soluciones creativas.
Belén Pizarro, especialista en terapia de parejas
Belén Pizarro en Masquemedicos
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Interesante artículo. Aporto otro artículo que leí recientemente en cuadro-medico