La pandemia ha obligado a los profesionales de la psiquiatría a adaptarse y ofrecer consultas de forma online a sus pacientes. Tras la pandemia esta opción terapéutica se ha mantenido por la propia exigencia de los pacientes.
Cuando la situación del Coronavirus nos obligó a quedarnos en casa, los pacientes psiquiátricos no podían contar con una asistencia presencial. Por supuesto, los profesionales no queríamos dejarlos sin esa atención tan necesaria. Aumentó así la necesidad de adaptarse y ofrecer una opción a distancia.
La telemedicina ha sido posible y viable gracias al trabajo conjunto de pacientes y profesionales, y al apoyo de la institución, las residencias de mayores y las familias de los pacientes.
La telepsiquiatría antes de la pandemia
Previo a la pandemia y el confinamiento, la telemedicina en el ámbito de la psiquiatría había crecido, sobre todo en los centro privados, los pacientes se mostraban satisfechos con la atención, pero a pesar de ello muchos profesionales seguían siendo escépticos.
La telepsiquiatría estaba implantada especialmente en sitios con dispersión geográfica, donde los pacientes tenían dificultades para desplazarse hasta una consulta presencial.
Lo bueno de esta situación es que hemos conseguido que todos los profesionales hagan el esfuerzo de superar ese escepticismo inicial.
Trabajar unidos ha sido la clave. Se han generado y publicado protocolos, todo lo que se estaba haciendo en cada hospital, haciendo cursos, para ayudar a otros profesionales a adaptarse a esta nueva situación.
Adaptarse a la nueva situación
Hay profesionales que siguen siendo reacios a realizar consultas de forma telemática. Pero pasar del uso del teléfono a las videollamadas reduce las dificultades, logrando así una consulta mucho más rica.
Antes de la pandemia la institución ha sido lenta para facilitar las herramientas necesarias para comenzar a ofrecer teleconsulta a los pacientes que así lo requerían. Ahora sí contamos con líneas encriptadas, buen ancho de banda, etc.
La telepsiquiatría ha llegado tarde, pero se ha quedado por las propias exigencias del paciente.
Esto no significa que la consulta presencial vaya a desaparecer, los profesionales ofertamos las tres posibilidades; presencial, telefónica y a través de videoconferencia.
El confinamiento ha generalizado el uso y acceso a la telemedicina. Los pacientes han hecho un gran esfuerzo por adaptarse, y se encontraban agradecidos de que a pesar del confinamiento se mantuviera la atención. Este es el mayor aprendizaje que se puede sacar de esta situación.
Trabajo conjunto de los profesionales y los pacientes
Los pacientes están muy acostumbrados a la soledad, pero la soledad impuesta, la falta de apoyo de un profesional, de visitas de la familia, de poder acudir a un profesional, de poder salir con los amigos, de poder ir a los recursos de rehabilitación los pacientes más graves… empeoró su situación.
Los profesionales hicimos un gran esfuerzo para mantener la atención. Hemos llamado casi todos los días a los pacientes más graves, les hemos indicado actividades, y organizado el tiempo.
Por su parte los pacientes estuvieron muy receptivos, y actuaron de forma responsable intentando no sobrecargar el sistema sanitario, actuando con solidaridad hacia otros pacientes.
Aumento de la demanda en situaciones de crisis
Las situaciones de crisis aumentan la demanda de profesionales de la salud mental.
Estamos viendo pacientes que han tenido el Covid y han quedado con secuelas, situaciones de precariedad económica, de fractura vital, de fallecimiento de familiares, de miedo.
La formación de los profesionales es vital. Se están proponiendo talleres de capacitación en telepsiquiatría, porque tiene determinadas circunstancias que son distintas, técnicas que hay que adaptar.
Esa inseguridad y ese cambio por parte de los profesionales, si no estamos preparados, lo vivimos como rechazo a una técnica que realmente puede ser muy útil.
También es importante que los estudiantes realicen su práctica asistencial de forma normal, aprendan esto y vean como se hace la telemedicina, cuanto antes lo incluyan en su trabajo, mejor.
La calidad asistencial se mantiene en la telemedicina
La evidencia científica indica que la telemedicina no empeora la calidad asistencial, incluso, que los pacientes que se les ve por teleconsulta, cuando se les hacen psicoterapias se centran más en las tareas, ya que hay menos elementos de dispersión.
Los profesionales sí que lo vivían como que era una atención más pobre y más superficial, pero la realidad es que no disminuye la calidad.
El profesional puede sentir que su captación no es tan plena, respecto a como lo está viviendo el paciente, los sentimientos que se generan en él, y la dificultad de manejar los tiempos de silencio; que son importantes en la psicoterapia.
Seguir la agenda para mantener la calidad asistencial
Intentamos que no haya una mayor disponibilidad del profesional, el profesional debe seguir con su agenda.
No se puede decir al paciente que se le atenderá todos los días cinco minutos, eso no supondría una ventaja, porque se reduciría la calidad asistencial. Para que sea una atención de calidad los tiempos que se dedican a los pacientes no debe reducirse.
El seguimiento que se hace en una consulta online y una consulta presencial es el mismo.
Rosa Gutiérrez Labrador. Psiquiatra
Rosa Gutiérrez Labrador. Psiquiatra en Masquemedicos