Vivimos en un mundo que se mantiene en constante innovación, y la industria de la belleza no es la excepción. Grandes descubrimientos se han aportado para lograr la armonía de cuerpo y rostro. Nuevos tratamientos y cirugías, y algunas técnicas como el lipofilling o autoinjerto de grasa, alcanzan los que parecía imposible, quitar grasa de zonas donde sobra para ponerla donde falta.
Después de décadas de investigación en el mundo de la estética, la conclusión es que el mejor producto para realizar rellenos faciales y corporales con consistencia y duración es el injerto de la propia grasa del paciente. Esta técnica permite recuperar la pérdida de volumen.
El lipofilling es una técnica en la que se extrae la grasa excedente de una zona del cuerpo, para luego implantarla en otra zona del cuerpo del paciente. Con esta técnica se logran dos objetivos: eliminar volumen de zonas complicadas y rebeldes, y ganar definición en otras zonas con las que el paciente no esté contento, explica el Dr Jordi Mir, cirujano de Clínicas Dorsia.
Esta técnica está indicada para las personas que presentan envejecimiento facial con pérdida de volumen en diferentes zonas. Al realizarse con grasa propia, esta técnica no presenta contraindicaciones ni produce alergias, se rellenan las arrugas y surcos logrando un rostro más rejuvenecido.
Lipofilling facial
Con la técnica de relleno facial con grasa propia se logran resultados en el tiempo. Conseguir la durabilidad de este tratamiento, pasa por la infiltración de plasma rico en plaquetas al mismo tiempo que la grasa. El plasma rico en plaquetas se obtiene mediante una técnica sencilla de extracción de sangre y después de realizar un proceso de centrifugado de la misma. En este plasma se encuentran factores de crecimiento que contribuyen al rejuvenecimiento de la piel y la dotan de una mejor estructura.
Infiltrando las propias células del paciente junto con la grasa extraída de las zonas donde sobra, se consigue no sólo un relleno facial duradero, sino también la bio-estimulación de la piel, que tiene repercusión sobre el tono, calidad, textura y espesor de esta.
Los resultados serán visibles desde que se lleva a cabo la infiltración, e irá en aumento en los días siguientes.
No hay una edad concreta para realizar este tratamiento, cada piel es diferente y manifiesta sus propias necesidades. A partir de los 26 años los fibroblastos disminuyen su metabolismo, provocando que la generación de colágeno sea más lenta. La primera inyección de esta técnica puede realizarse cuando la piel presenta falta de luminosidad, o cuando aparecen líneas de expresión.
Lipofilling corporal
Esta técnica permite disponer de las propias células adiposas del paciente, enriquecidas en grasas para inyectarlas nuevamente en zonas del cuerpo donde se desea generar un volumen extra.
Las células adiposas se toman de lugar donde sobra, como en la rodilla o alrededor del ombligo. Eligiendo las células más joven, ya que así tardarán más tiempo en envejecer, y luego se usan para generar volumen en la zona deseada
Con esta técnica se consiguen unos resultados muy naturales, ya que las células adiposas del tejido son capaces de auto-regenerarse. Los adipocitos crecen, y al alcanzar una determinada medida, favorecen la creación de otras células que poseen las mismas características que las primeras.
Estas células tienen la capacidad de adaptarse a la nueva zona del cuerpo donde se implanten estas, es decir, que se regeneran en cualquier parte del cuerpo donde se realice el injerto de grasa propia.
Clínicas Dorsia, expertos en Medicina y Cirugía Estética
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