Este viernes frío e invernal… ¿Por qué no acompañarlo con un clásico?. Nada menos que una obra de Hitchcock, “Marnie, la ladrona“.
Recuerdo que estaba en la universidad cuando vi esta película enganchada al ciclo del cineasta y su título me llamo la atención, quise saber que se encontraba detrás de la conducta llamativa de Marnie.
Marnie es una mujer que trabaja de secretaria en diferentes sitios, va cambiando de puesto porque en todos los lugares se deja llevar por su compulsión y roba, dejándose llevar por el acto de pérdida de control que en realidad se denomina cleptomanía.
Cuando un hombre de negocios la contrata para que este a su servicio no sólo no deja de robar sino que empieza a sufrir una serie de sintomatología relacionada con el ámbito psicológico como aparición de imágenes mentales invasivas, fobias, pánico, reacciones inadecuadas como salir deprisa de un sitio o aislarse. Su conducta llega a ser muy llamativa para Mark, el hombre que la ha contratado, que atraído por ella decide buscar qué sucede detrás de su comportamiento.
En el desarrollo final, se habla en términos generales, de las secuelas de episodios sexuales traumáticos, como se arrastran y acaban siempre saliendo a la luz con esta u otras formas. Cómo detrás de un perfil frío, calculador y seguro se encuentra alguien atormentado al que muchas veces se le pone una etiqueta y nadie decide buscar un conducto para escucharlo.
El trastorno de cleptomanía
Si nos centramos en la cleptomanía es importante diferenciarlo de cualquier conducta delictiva puesto que una persona que sufre cleptomanía no tiene como objetivo perjudicar a alguien, o lucrarse con lo que roba, sino que tiene un problema de control de impulsivos que está dirigido a la actitud de robo y acumulación.
La persona suele sufrir ansiedad ante situaciones en las que ve que puede cometer el robo, la sensación de prevención les lleva a tener altos episodios de ansiedad si no lo llevan a cabo. Presentan pensamientos invasivos que le dirigen a llevar a cabo la acción, sienten liberación y gratificación al realizar el robo, al igual que los adictos a una sustancia cuando la toman a pesar de los esfuerzos que les haya llevado conseguirlo. Una vez pasado el episodio al completo aparecen los sentimientos de culpa y remordimientos.
Marnie la Ladrona presenta además un buen reparto con Tippi Hedren, Sean Connery, Diane Baker, Martin Gaber. No es una de las mejores películas pero la música, el desarrollo del guion, la interpretación y la visión psicológica hace que esta película sea un plan interesante para este viernes invernal.