Sufrir un aborto natural es más frecuente de lo que las parejas imaginan y, por supuesto, desean. Se convierte en patológico cuando se produce al menos más de una vez y si la paciente tiene antecedentes de aborto en su familia debe ser tratado por un especialista desde el primer momento. Según explica el ginecólogo del Instituto Bernabeu, el doctor Juan Carlos Castillo, hasta hace poco existía una discusión médica de fijar a partir de cuántos abortos era el momento de ponerse en manos de un especialista en fertilidad para estudiar qué ocurre. La Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE) ha convenido que a partir de dos abortos naturales e incluso en aquellos que son bioquímicos se deben estudiar las causas.
Después del aborto natural
Lo primero que se realiza tras el aborto espontáneo es una revisión ginecológica y la ecografía determinará si es necesaria una intervención quirúrgica o no es necesario hacer nada. El doctor Castillo explica que en el caso de que no sea necesario hacer nada la principal ventaja de dejar que la naturaleza siga su curso es que se evita el procedimiento quirúrgico. El especialista advierte que las mujeres que se someten a un legrado posteriormente, pueden tener consecuencias en un futuro parto prematuro.
El profesional señala que existe una solución intermedia en la que se recetan pastillas para favorecer la expulsión del feto. Sin embargo, esto no descarta realizar una posterior cirugía si quedan restos del aborto.
Y si el ginecólogo decide realizar un legrado, la principal ventaja es que alivia el sufrimiento psicológico que va unido muchas veces a la mujer que ha abortado. Si es posible, el especialista recoge el saco gestacional a través de una histeroscopia para analizarlo genéticamente y obtener una información adicional.
Determinar el origen del aborto
Para encontrar el origen de las pérdidas gestacionales, los especialistas se fijan en el embrión y en el útero de la madre. De forma protocolaria se investigan ambos (se realiza histeroscopia a la mujer, se estudia el factor inmunológico, se comprueba si el útero funciona correctamente) y el especialista señala que la estrategia actual recomienda empezar el estudio por el embrión, ya que con sus características genéticas se puede conocer si es sano o no. “Si es anómalo no tiene sentido estudiar el útero de la madre. Y si es normal es cuando estudiamos a la madre”.
El doctor reconoce que en la mayoría de casos el problema está en el embrión. Y la edad materna es también una mayor fuente de riesgo, sobre todo por las alteraciones cromosómicas que se dan en el embrión.
El experto de Instituto Bernabeu recomienda la realización de una biopsia del embrión para estudiar su anomalía. Y si en ese estudio resulta normal, se inicia entonces el estudio de la madre, con estudio de trombofilias o del factor inmunológico entre otros.
Con esta información, los ginecólogos tratan de saber la causa del aborto natural cuando ocurre más de dos veces. Las unidades de fallo de implantación y aborto de repetición, debe abordar el problema de manera multidisciplinar y con un tratamiento personalizado.
Instituto Bernabeu, Medicina Reproductiva
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