Hay una parte de la Medicina que se observa desde una perspectiva más humanizada y menos vinculada a la tecnología, sin restarle la importancia que tiene y lo que han supuesto los avances tecnológicos en el diagnóstico y atención a determinadas patologías. En este momento, cobra especial relevancia la idea de considerar al enfermo como algo más que un paciente.
Médicos, pacientes y cuidadores intervienen en el proceso que comienza cuando se diagnostica una enfermedad. Un trabajo en equipo que redunda en beneficio de todos, pero sobre todo en la atención que se presta a la persona enferma. Así lo explicaba el catedrático de Medicina Interna de la Universidad de Zaragoza Pedro Cía, en el foro organizado por la Fundación para la Discapacidad en Aragón (Fundación DFA).
¿Qué supone la enfermedad?
La enfermedad va unida a cómo una persona la vive, puede llevar aparejada cierta invalidez; aflicción por el dolor físico; amenaza, que a veces puede ser la vivencia más sentida; succión por el cuerpo, que reclama mayor atención de lo habitual y repercute en la persona. Hay un sentimiento de soledad y aislamiento y una vivencia de anomalía, pero también se puede llegar a convertir en recurso, como refugio ante dificultades mayores de la vida.
Comunicación médico-paciente
Conceptos como la verdad, la empatía y el acuerdo son fundamentales en la comunicación entre el paciente y el médico. Para afrontar una enfermedad es necesario que el enfermo esté bien informado, porque tendrá mayor receptividad y responderá mejor ante ella.
¿Cómo acompañamos al enfermo?
Cuando alguien nos informa de que padece una enfermedad o durante su convalecencia, familiares y amigos se enfrentan a una nueva situación en la que, muchas veces, no se sabe qué decir o qué hacer. En su conferencia, el doctor Pedro Cía se refirió a tres conceptos que se deben tener en cuenta: el tiempo y el lugar; los silencios y las palabras y la disponibilidad.
- Tiempo y lugar.- En el proceso de una enfermedad, el tiempo para quien la padece es distinto y el enfermo tiene más dificultad para hablar y para expresarse. De ahí que ante la visita al amigo o al familiar enfermo haya que dar sensación de permanencia, sentarse para estar a su nivel física y psicológicamente y crear un clima de acercamiento.
- Silencios y palabras.- En el acompañamiento al enfermo tiene especial significado el silencio. Escuchar antes de hablar, dejarle expresar sus sentimientos, respetando su ritmo. A ello, habría que añadir la aportación de mensajes positivos que le permiten seguir en contacto con el exterior.
- Disponibilidad.- En el momento de diagnóstico de una enfermedad, el entorno suele volcarse y ofrecer su disponibilidad para participar en el acompañamiento y los cuidados. Sin embargo, después, el día a día dificulta esa voluntad de colaborar y puede generar cierta frustración en el paciente. La recomendación es asegurarse de que se va a poder cumplir con lo que se ofrece, ser conscientes de hasta donde se podrá participar.
¿Cuál es el papel del cuidador?
La figura del cuidador se ha convertido hoy en una parte indispensable en el proceso de una enfermedad. Soporta una tremenda carga física y psíquica, por lo que requiere una atención especial y una red socio-familiar de apoyo. Y por este motivo, porque forma parte del proceso, es necesario que el cuidador tenga información sobre la enfermedad, sobre la atención que hay que prestar al paciente y sobre sus posibles complicaciones. Está demostrado que así se le libera de situaciones complejas a la hora de tomar decisiones y, además, con un cuidador bien informado, el enfermo sufre menos recaídas.
Por Melania Bentué (Estrategias de Comunicación)
Blog de de Zoe (Blog de la autora)
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esta publicación esta muy interesante ya que la interacción de doctor paciente, ya es mas llevada a fondo, esto como se menciona en el articulo es gracias a la tecnología, una de las empresas que ya tiene este funcionamiento la cual su pagina es botonmedico