La septoplastia es una cirugía de la nariz cuyo objetivo principal es enderezar un tabique nasal.
El tabique nasal es una estructura de cartílago y hueso que sostiene la nariz dividiéndola en dos cámaras o fosas nasales.
Hablamos de que un tabique nasal está desviado cuando esta estructura de hueso y cartílago bloquea una o ambas fosas nasales dificultando la entrada y la salida del aire. Esta desviación puede tener su origen en un crecimiento anómalo del tabique, o ser fruto de una lesión o de un traumatismo severo. Además de los problemas respiratorios, un tabique desviado es sinónimo de dolores de cabeza y congestión nasal.
Para diagnosticar la desviación del tabique hay que examinar el interior de la nariz mediante una endoscopia nasal, que consiste en insertar un tubo flexible con una cámara en su extremo.
La septoplastia es una cirugía de la nariz cuyo objetivo principal es enderezar un tabique nasal desviado para eliminar las obstrucciones que dificultan la respiración del paciente, mejorando el flujo de aire que entra y sale de la nariz.
El objetivo de la septoplastia es funcional, no estético; es decir, busca solucionar un problema respiratorio, no se centra en cambiar la forma y la apariencia estética de la nariz; ahora bien, la septoplastia puede combinarse con una cirugía estética. A este procedimiento lo llamamos septorrinoplastia.
¿En qué consiste la septoplastia?
La septoplastia, a menudo, implica anestesia general. En algunos casos los cirujanos pueden optar por usar anestesia local y sedación intravenosa en su lugar.
Durante la septoplastia el cirujano tratará de enderezar el cartílago doblado y el hueso del tabique. Para conseguirlo se levanta el revestimiento de la mucosa que cubre el cartílago y el hueso.
Tras esto, el cirujano remodela el cartílago y el hueso; en ocasiones extrayendo porciones. Una vez enderezado, se volverá a colocar el revestimiento en su lugar.
El procedimiento se lleva a cabo íntegramente dentro de la nariz. La operación dura entre 30 y 90 minutos.
Si parte del bloqueo se debe a que los cornetes (estructura que se encuentra en el interior de las fosas nasales y que se encarga de humidificar y calentar el aire que se inhala por la nariz) están agrandados, el cirujano podría intentar reducirlos mediante radiofrecuencia. En algunos otros casos, el cirujano extirpará una parte del cornete.
Resultados y recuperación
Todos los pacientes experimentan una enorme mejoría de su obstrucción nasal unas semanas después de la cirugía.
Es habitual que los pacientes se sientan somnolientos, con náuseas y con molestias horas después de la cirugía. El equipo médico colocará tapones en ambas fosas nasales para ayudar a detener cualquier sangrado que ocurra inmediatamente después de la cirugía.
Ocasionalmente se colocarán férulas o láminas blandas para mantener el tejido nasal en su lugar y prevenir hemorragias nasales y la formación de tejido cicatricial. Las férulas se retirarán tras una o dos semanas, mientras que los tapones deberá llevarlos entre 24 y 36 horas.
Si no ocurren complicaciones graves, el médico enviará al paciente a su casa el mismo día del procedimiento. Un familiar o amigo debe estar presente para acompañarlos. Los pacientes pueden tomar analgésicos para tratar el dolor y las molestias de acuerdo con el consejo de su médico. La hinchazón durará entre 7 y 10 días; emplear una bolsa de hielo cubierta con un paño en el área de la nariz y los ojos ayuda a reducir el dolor y la hinchazón.
Es fundamental que el paciente no se frote ni se suene la nariz durante los primeros días para evitar el sangrado. En la medida de los posible, habrá que estornudar por la boca durante los primeros días, evitar dormir de lado y mantenerse alejado del polvo, del humo y de otras personas para evitar contraer constipados.
El paciente puede volver al trabajo transcurrida una semana. También es importante reducir las actividades físicas y de contacto durante varias semanas.
Dr. Terrén: especialista en septoplastias
Dr. Terrén en Masquemedicos