En Memento, uno de los clásicos de Christopher Nolan, el protagonista experimenta los síntomas de una amnesia anterógrada, donde no puede guardar recuerdos nuevos del presente tras haber recibido un golpe en la cabeza al intentar evitar el asesinato de su mujer y que no consigue.
La amnesia anterógrada produce que el individuo no fije las vivencias a corto plazo en la memoria a largo plazo, lo que si se consigue es recordar sucesos antes del trastorno. Esta problemática es estudiada por neurólogos y neuropsicólogos y se encontró que la lesión principal está en partes de la memoria como el hipocampo en el lóbulo temporal. En el caso del protagonista si mantiene memoria sensorial lo que permite encajar que en la película recuerde hábitos cotidianos del día a día.
En los 115 minutos que dura el film hay dos tipos de escenas, unas en blanco y negro y otras en color, fragmenta una historia que en realidad va desde el final al principio. No solo la memoria es un tema de interés sino que plantea retos como la identidad ¿Quiénes somos? ¿Qué es lo que permite definirnos? Y también la manipulación de la realidad y los recuerdos.
El condicionamiento con notas, tatuajes y fotos no es interiorizado por todos los espectadores pues resulta un poco caótico pero realmente es el mecanismo de la mente analógica contra la digital.
No olvidemos que el prota perdió la memoria en un suceso traumático, la ansiedad y el estrés postrauma también generan problemas en el procesamiento de la información.
Temas que parecen densos pero que se entrelazan como las imágenes entre el suspense de la película que parece continuamente que nos oculta información en otra película que ni siquiera visualiza el espectador.
Os la recomiendo que cuando la veáis dejéis fuera todo lo que os hayan contado e incluso lo que os acabo de contar pues es una película especial que la magia se produce una vez que la ves y decides buscar tus propias conclusiones casi igual que el protagonista.
Y no olvidéis: Todos necesitamos a nuestra memoria para saber en realidad quienes somos.