Peeling químico, el mejor tratamiento para renovar tu piel

La piel se compone básicamente de tres capas: epidermis, dermis e hipodermis.

La epidermis, la capa más externa de la piel, es la primera defensa contra nuestro entorno. Por eso es la capa que sufre el mayor daño.

La dermis, la capa interna, provee estructura y soporte a la piel. Está compuesta fundamentalmente por tejido conjuntivo, que es como una red de soporte compuesto de colágeno y fibras de elastina.

La hipodermis también llamada tejido subcutáneo, o fascia superficial, es la capa más baja. Los tipos de células que se encuentran en la hipodermis son fibroblastos, células adiposas y macrófagos.

La piel soporta diariamente todo tipo de agresiones. Está expuesta a la acción del sol, al viento, al frío, a la contaminación… también se ve afectada por otros factores como la fatiga, los cambios hormonales, el envejecimiento…

Estas agresiones tanto internas como externas se combinan debilitando tanto la estructura como el aspecto de la piel. El resultado es más que evidente: el colágeno y la elastina se rompen provocando una pérdida de elasticidad y favoreciendo la aparición de arrugas, surcos, manchas y depresiones faciales.

¿Qué son los peelings químicos?

Los peelings químicos o exfoliaciones químicas son tratamientos estéticos a base de soluciones químicas, altamente especializadas y controladas que se aplican en la zona a tratar (cara, manos y cuello), y que permiten mejorar el aspecto o la sensación de la piel, consiguiendo que la piel se exfolie y se renueve.

La “nueva piel “es más lisa, menos arrugada y se encuentra mucho mejor cuidada y mucho menos dañada que la anterior.

¿Qué se consigue con un peeling químico?

  • Tratamiento y reducción de las arrugas y las líneas finas o de expresión.
  • Mejoría de cicatrices y texturas irregulares en la piel.
  • Mejoría de manchas, enrojecimientos y pigmentaciones.
  • Tratamiento de cicatrices fruto del acné.
  • Renovación de la piel.
  • Eliminar las células muertas de la superficie de la piel.

¿Qué tipos de peeling químico existen?

Los peelings pueden clasificarse dependiendo de la profundidad de la piel en la que trabajan:

Peeling químico superficial

Actúa en la capa superior de la piel. Es de los más empleados, ya que no provoca irritación y es muy poco molesto. Su efecto es ligero.

Peeling medio

Es un peeling que actúa a un nivel más profundo de la epidermis y en la superficie de la dermis. Es recomendable para tratar marcas profundas fruto del acné, así como arrugas más marcadas.

Peeling facial profundo

Se emplea cuando es necesario tratar las capas más profundas de la piel; suele acompañarse de sedación. Necesita de un periodo mayor de recuperación.

¿Cómo se aplica un peeling?

Antes del procedimiento se procede a limpiar el área a tratar, se recoge el cabello y se aplica algún tipo de protección ocular.

En épocas pasadas podía ser preciso hasta una sedación anestésica. Con las fórmulas actuales conseguimos excelentes resultados con mínimas molestias.

La solución química la aplicamos normalmente mediante un pincel suave, distribuyendo muy bien el producto, con movimientos precisos, evitando el contacto con la zona de las mucosas y de los ojos. Se controla en todo momento la penetración en la piel. La mayoría de nuestros peelings de hoy llevan incorporada una solución autoneutralizante, con lo que no precisamos su retirada.

Las preparaciones que utilizamos habitualmente se realizan a base de fenol, ácido salicílico, ácido tricloracético y otros elementos que conocemos desde hace años como los más eficaces.

Nuestros peelings eliminan las superficies dañadas de la piel, permitiendo que la capa deteriorada sea sustituida por una nueva con un aspecto suave y revitalizado.

Al terminar el procedimiento el paciente puede notar algo de irritación y enrojecimiento parecido a una quemadura solar. También pueden desprenderse zonas de piel muy dañadas. Se trata de reacciones normales que desaparecen en pocos días.

Es fundamental que el paciente siga el tratamiento post peeling que le damos, ya que el tratamiento se combina con el uso de cremas que ayudan considerablemente a la hidratación y a la eficacia del peeling.

Los resultados son prácticamente inmediatos, y totalmente definitivos en una o dos semanas. En función del tipo de piel del paciente puede ser necesario algún tratamiento complementario.

Dr. Juan Antonio Mira en Masquemedicos

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