El nuevo fenómeno social entre los jóvenes y no tan jóvenes todos sabemos cómo se llama: Pokemon Go. Videojuego para móviles de Nintendo que como todo lo que tiene fama se somete a un análisis por parte de usuarios, proveedores, competencia, detractores y ciudadanos en general. Desde el punto de vista de la psicología os aporto a continuación mi visión sobre el producto, sus características positivas potenciales que son unos cuantas y las dificultades que puede conllevar según el contexto.
Una de las mecánicas del juego que me parece interesante es que apenas tiene reglas lo que hace que cada uno fomente cierta creatividad respecto a su formato de uso y además ha hecho que varios miembros de una familia jueguen a ello como un acercamiento entre padres e hijos, sobre todo en edades preadolescentes. Es un juego dinámico que fomenta la activación tanto física como mental, algunas de las competencias psicológicas que potencia son la atención selectiva y el posicionamiento espacial.
Ayuda a sociabilizar pues en un mismo lugar pueden encontrarse varias personas a la caza del pokemon, por no hablar de la multitud de empresas que están aprovechando el juego para organizar eventos y establecimientos que aprovechan su parada pokemon para incrementar sus ventas. Esta característica social es muy favorable para perfiles psicológicos más complejos como ocurre en el autismo. Además este tipo de aplicaciones favorece en muchos casos la aceptación del adolescente dentro de su grupo de iguales.
Otra de sus bazas es que incluye dentro del factor lúdico propiamente la motivación por ganar, favorece el sentimiento de éxito y la competitividad. Pokemon Go está creado para ganar trofeos, acumular puntos y poder mostrar nuestro perfil comparándolo con el de otros, esto tiene su parte buena y su parte mala.
Pokemon Go, ¿dónde decimos STOP?
Como aspectos no recomendables a tener en cuenta que el juego puede favorecer en algunos casos el aislamiento por parte de la persona de su entorno teniendo solamente como foco de su día a día la continuidad en el juego y la propia realidad aumentada.
Todos los videojuegos pueden favorecer una conducta adictiva por lo que aquí es importante mostrar los matices, analizar la vida de la personas en sí, que grado de autocontrol tiene, que aspectos enriquecedores existen en su vida que puedan contrarrestar el peligro de engancharse al juego.
Otro de los apartados que muchos detractores indican es que el juego aumenta la posibilidad de accidentes y despistes puesto que el mantener la atención en el espacio real y la ficción puede conllevar a que cometamos errores por ejemplo al cruzar la calle o llegar a perdernos, esto último más contraproducente en el caso de los menores.
En el caso de los jóvenes sobre todo en edad escolar es importante que la familia, al igual que con otro objetos lúdicos, mantenga sus reglas sobre el horario de uso ya que ahora estamos en época estival pero cuando empiece el curso académico Pokemon Go es un juego que puede quitar mucho tiempo.